Foto: The BlackRabbit Unsplash.
Todos en algún momento de nuestra vida nos hemos propuesto bajar de peso. Un reto que en ocasiones no es nada sencillo y que muchas personas no superan. Y es que según un estudio de la Sociedad Española de Obesidad 8 de cada 10 personas fracasan en su intento de bajar de peso. Una incapacidad para renunciar a los alimentos que más nos gustan y en la que parte de la culpa es de nuestro cerebro.
Un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya en colaboración con Harvard y la universidad de Nueva York ha señalado que el control cognitivo juega un papel fundamental en el éxito o fracaso de la dieta. Y es que hay diferentes regiones cerebrales que se activan cuando algo nos gusta porque supone un estímulo que nos gratifica y activa el sustrato nervioso del refuerzo. Los alimentos consiguen activar este región cerebral y especialmente la glucosa. Es ahí cuando control cognitivo entra en acción, ejerciendo de juez y tomando la decisión que considera correcta.
Sin embargo, este control cognitivo también se ve alterado en ocasiones por nuestro estado emocional, pues el estudio también señala que la adicción a los alimentos altamente apetecibles se ve muy afectada por la impulsividad y el estado de ánimo. Por ello, si queremos adelgazar debemos controlar a nuestro cerebro y el mindful eating puede ayudarnos.
Con el mindful eating consigues aumentar la conciencia durante la ingesta de comida, percibiendo realmente los niveles de hambre que tienes. Saber identificar si tienes hambre o no es fundamental para acabar, por ejemplo, con las comidas entre horas, las principales enemigas de las dietas. Y es que en muchas ocasiones comemos para ahogar emociones como el estrés o al ansiedad, algo que debemos eliminar con otras practicas como haciendo deporte o buscando apoyo en otras personas.
Otra de las claves del mindful eating es dejar de asociar la comida con experiencias o actividades, por ejemplo, comer mientras vemos una película. Y es que esto hace que cada vez que veamos una película, sintamos el impulso de comer. Por ello, cuanto antes identifiques estas asociaciones y las rompas, mejor.
Y, por último, aplicar eso que dicen de: “Ojos que no ven, corazón que no siente”. Si queremos adelgazar debemos deshacernos de todos aquellos alimentos que puedan suponer una tentación. Deja a la vista alimentos saludables como frutas o verduras y si tienes hambre, cómelos. Esto ayudará a que tu control cognitivo tome la decisión correcta.
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