Los aranceles alientan un clima comercial cercano al contrabando
La empresa Whirlpool identifica compañías sospechosas de rebajar precios en origen para minimizar el impacto de los aranceles.
El fabricante estadounidense de electrodomésticos Whirlpool ha encendido una nueva polémica comercial. La compañía acusa a sus competidores extranjeros de infravalorar en origen sus importaciones para evadir el pago de aranceles en Estados Unidos. Según informa el Wall Street Journal, el valor declarado en aduanas de productos como trituradores de basura procedentes de China, cocinas de Tailandia o lavadoras de Corea del Sur se desplomó drásticamente a partir de junio.
Sin embargo, los precios minoristas no reflejaron estas reducciones, lo que hace sospechar que se trata de una maniobra para reducir las facturas arancelarias, que oscilan entre el 13 % y el 60 %.
Whirlpool sospecha de varias marcas extranjeras
Whirlpool ha comunicado sus hallazgos a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, aunque no ha presentado una denuncia formal. Su asesor Daniel Calhoun pidió a la administración Trump actuar con rapidez para frenar posibles fraudes.
La Casa Blanca ha hecho de los aranceles un pilar de su política económica, con la promesa de proteger la industria nacional y fomentar la producción local. En esta línea, el Departamento de Justicia ya ha creado un grupo de trabajo contra la evasión arancelaria y el contrabando.
La empresa Whirlpool, que fabrica el 80 % de sus electrodomésticos para Estados Unidos en territorio nacional, asegura haber identificado compañías sospechosas de estas prácticas, como Samsung, LG o Haier.
El contexto añade más tensión a la situación actual. Las acciones de Whirlpool han caído un 20 % en el año debido a la baja demanda. La firma confía en salir beneficiada de la imposición de aranceles a rivales extranjeros. Pero sus competidores, por su parte, subrayan su inversión en plantas de producción en la propia Estados Unidos, en parte motivada por medidas comerciales anteriores.
La administración Trump investiga posibles fraudes para evitar los aranceles
Expertos consultados por el citado medio reconocen que los supuestos valores anómalos podrían deberse a errores en la introducción de datos, exacerbados por la implementación de nuevos aranceles al acero. Además, la Oficina de Aduanas suele alertar cuando detecta cifras estadísticamente inusuales. Otras fuentes, como Laufer Group International, confirman que las autoridades están intensificando inspecciones en puertos y aeropuertos para detectar mercancía infravalorada.
Un caso paralelo ilustra la situación. Recientemente, la empresa Barco Uniforms fue acusada de conspirar con proveedores chinos para declarar valores menores en importaciones. Aunque la firma niega las acusaciones, el gobierno sostiene que buscaba reducir costes arancelarios de manera fraudulenta.
La disputa refleja cómo la política arancelaria estadounidense ha generado un clima de alta tensión comercial, donde las acusaciones de fraude se mezclan con la presión por mantener competitividad en un mercado marcado por crecientes costes y regulaciones.