(Foto: Freepik)
Louis Vuitton Moët Hennessy, que hace apenas unos meses ostentaba la posición de líder indiscutible entre las empresas europeas, ha perdido su lugar entre las cinco principales acciones del continente. Esta caída se vio reflejada en un descenso de aproximadamente el 3 % en sus acciones el jueves 22 de mayo, elevando sus pérdidas acumuladas en los mercados en 2024 a un 25 %.
Con una capitalización bursátil de cerca de 240.000 millones de euros, LVMH enfrenta una presión creciente debido al debilitamiento de la demanda en mercados clave como China. La preocupación se intensifica con la posibilidad de nuevos aranceles bajo una administración de Donald Trump en Estados Unidos, lo que podría frenar aún más el gasto de los consumidores. Fuentes cercanas a la compañía han expresado cautela sobre el rendimiento del segundo trimestre, anticipando un entorno con grandes retos por delante.
No obstante, la situación es aún más precaria para Kering, propietaria de Gucci, Saint Laurent o Bottega Veneta entre otras, cuyas acciones han perdido casi un 50 % de su valor en los últimos 12 meses. Los recientes resultados del primer trimestre de Kering decepcionaron incluso a las ya bajas expectativas, provocando una caída adicional del 5 % en la Bolsa de París al momento de su publicación.
El informe de Kering reveló una debilitación generalizada en todas sus divisiones. Gucci, la marca principal del grupo y foco de todas las esperanzas de recuperación, ha sido la más afectada, registrando un retroceso del 20% en su facturación. Esta cifra subraya los considerables desafíos en el proceso de revitalización de la marca.
Yves Saint Laurent, la segunda marca del grupo, también sufrió una caída del 9 %. Bottega Veneta logró mitigar parte del impacto del sector, con un aumento del 4 % en sus ventas gracias a su posicionamiento de precios más altos, aunque esto estuvo por debajo del crecimiento del 7 % esperado por los analistas.
Otros segmentos como gafas y corporativo, que previamente habían mostrado solidez, ahora crecieron solo un 3 %. Las demás casas (Balenciaga, Alexander McQueen y Brioni) registraron un descenso del 11 %. Las ventas minoristas operadas directamente por el grupo cayeron un 16 % en términos comparables, con tendencias negativas marcadas en Asia-Pacífico (-25 %), Europa Occidental (-13 %), Norteamérica (-13 %) y Japón (-11 %).
El declive en las ventas al por mayor de las marcas del grupo también fue significativo, con una caída del 23 % debido a una estrategia de fortalecimiento de la exclusividad de la distribución. La compañía atribuye parte de la caída en Gucci a una baja afluencia en tiendas.
Trata de remarcar un proceso de refuerzo de su gama de productos, destacando el prometedor lanzamiento de la nueva línea de bolsos Softbit y el nombramiento de Demna Gvasalia como director artístico.
Kering informó, como dato positivo adicional, que el rendimiento de las líneas de artículos de piel de Balenciaga fue muy sólido. Pudieran ser ejemplos del principio de una pequeña esperanza de salir de esta crisis.
Este difícil primer trimestre para Kering refleja no solo sus problemas internos, sino también la ralentización generalizada del mercado del lujo. La compañía misma reconoce un “comienzo de año difícil” y se enfoca en ejecutar planes de acción para fortalecer el posicionamiento de sus marcas, anticipando que el segundo trimestre seguirá siendo complejo, con un declive probable de dos dígitos.
La visibilidad sobre el mercado chino, que representa casi un tercio de la facturación de Kering, es limitada, y las incertidumbres políticas en Estados Unidos añaden otra capa de complejidad. Los analistas son cautelosos, viendo pocos motivos para el optimismo en este periodo de transición, ya que queda un arduo trabajo por hacer para revitalizar marcas clave como Gucci y Saint Laurent y asegurar un flujo constante de ingresos y liquidez.
Con Kering, la impresión es que se repite la misma historia de reflotar la marca insignia trimestre tras trimestre. Aunque la crisis afecta a la mayoría de los actores del sector del lujo, Kering parece estar en una posición particularmente vulnerable. Así lo muestra su gran caída bursátil experimentada en el presente año lo que augura meses difíciles para el conglomerado.
Y es que solo aquellas marcas que demuestren una agilidad excepcional y una conexión profunda con el consumidor, en este entorno volátil, se asegurarán una salida airosa de la compleja situación actual y volver al esplendor de tiempos no muy lejanos.
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