Marc Fosh, la experiencia gastro y sensorial que justifica un viaje a Palma
Una experiencia gastronómica redonda, honesta y profundamente sensorial que justifica, por sí sola, una visita a Palma.
En el vibrante corazón del casco histórico de Palma de Mallorca se esconde una de las experiencias gastronómicas más memorables de la isla: el restaurante Marc Fosh, reconocido con una estrella Michelin desde 2014.
Ubicado dentro del hotel boutique Convent de la Missió, este espacio ofrece mucho más que una comida excepcional. Es una auténtica celebración de los sentidos donde la cocina, el diseño, el vino y el servicio se combinan con equilibrio y personalidad.
La propuesta sutil y elegante de Marc Fosh
El chef británico Marc Fosh, afincado en Mallorca desde hace más de dos décadas, ha construido una propuesta culinaria que combina producto local, sensibilidad creativa y una estética contemporánea que seduce desde el primer bocado.
Sus menús degustación, que varían según la temporada, invitan a recorrer el Mediterráneo a través de sabores limpios, sutiles y profundamente elegantes. Cada plato cuenta una historia, siempre basada en el respeto al ingrediente, la ligereza y la pureza. No hay excesos: solo técnica precisa y una paleta de sabores equilibrada y sofisticada.
El maridaje de Sabrina Basso
Uno de los grandes atractivos de la experiencia Marc Fosh es el maridaje cuidadosamente seleccionado que acompaña al menú. Detrás de esta propuesta líquida se encuentra Sabrina Basso, sommelier argentina que despliega con pasión y claridad su vasto conocimiento vinícola.
Sabrina, que ha trabajado anteriormente en el restaurante de Martín Berasategui en Tenerife, demuestra una sensibilidad especial para armonizar cada plato con vinos que lo elevan y lo expanden, sin robarle protagonismo.
Su selección incluye referencias nacionales e internacionales, pero destaca especialmente por introducir al comensal en el universo de los vinos mallorquines, con propuestas elaboradas a partir de variedades autóctonas como la callet, la mantonegro o la prensal blanc.
Vinos mallorquines con personalidad
Durante la cena, el maridaje incluyó joyas como un godello de las bodegas Raúl Pérez, elegante y mineral, que aportó frescura y complejidad en los primeros platos. Un sorprendente Can Axartell Aurorum, un merlot mallorquín redondo y delicado, que acompañó con estructura y suavidad las elaboraciones principales. Y el singular Ava Vi Liepol 2024, un vino mallorquín con personalidad vibrante y final persistente, perfecto para cerrar el recorrido con carácter.
La manera en que Sabrina presenta cada vino, con explicaciones concisas y accesibles, enriquece enormemente la experiencia. Su entusiasmo es contagioso y su capacidad para captar el perfil del cliente y adaptar las sugerencias a cada paladar es admirable.
La experiencia de Marc Fosh en Convent de la Missió
El entorno acompaña con la misma armonía. El diseño del restaurante es moderno, sobrio y cálido. Y cuenta con una estética minimalista en tonos neutros, iluminación tenue y obras de arte contemporáneo que decoran las paredes. Todo está pensado para crear una atmósfera serena y acogedora, donde el verdadero protagonista es el viaje gastronómico.
El restaurante se encuentra dentro del hotel Convent de la Missió, un cinco estrellas que ha sido recientemente incorporado a la colección Preferred Hotels & Resorts, la mayor marca independiente de hoteles de lujo del mundo. Esta distinción reafirma su posición como uno de los alojamientos con más carácter de Palma. Un lugar donde la arquitectura, el arte, el descanso y la gastronomía conviven con coherencia y autenticidad.
Alojarse en el Convent de la Missió y cenar en Marc Fosh es mucho más que una escapada. Es una inmersión en el placer bien entendido, en el lujo sin estridencias, en una experiencia pensada para quienes valoran la calidad y los detalles. El servicio, cercano pero impecable, refuerza esta sensación de estar en buenas manos de principio a fin.
Marc Fosh no solo ofrece una cocina de autor de altísimo nivel, sino que propone una forma de vivir la gastronomía como expresión cultural y emocional. Y lo hace con una identidad clara, arraigada en Mallorca pero con una mirada abierta y contemporánea.
Sentarse en una de sus mesas, dejarse llevar por el ritmo pausado del menú, por los aromas del vino y por la calma del entorno, es regalarse uno de esos momentos que permanecen en la memoria mucho después del último bocado.