Francis Lorenzo: “MasterChef me enseñó un Francis que no conocía”
Dicen que a los amigos es a quienes menos entrevistamos, tal vez por eso de no ponerlos en un compromiso. Con Francis Lorenzo, amigo desde la infancia, ocurre eso. Nuestra primera entrevista se remonta a un cargamento de años atrás y, aunque nunca hemos perdido el contacto, no volvimos a repetir aquella experiencia. Como si hubiéramos dejado nuestra conversación en la tarde de ayer, retomamos las confidencias coincidiendo con el estreno de El jardinero, rodada en nuestra Pontevedra y que, desde el 11 de abril, se emite en Netflix.
The Luxonomist: Nuestra primera entrevista fue la última, querido Francis. No tenemos perdón…
Francis Lorenzo: (risas) Es verdad. Has estado muy liada y entrevistando a gente muy interesante. Yo lo entiendo…
TL: ¡No me digas eso! Sabes el cariño que le tengo a los Lorenzo.
Francis Lorenzo: Lo sé, lo sé… (risas) ¡Qué bueno fue aquel momento! Empezábamos los dos. Fuiste un poco visionaria, porque era una serie en la que apostabas por nuevas caras…
TL: Y ahí empezó tu travesía, que ha sido exitosa. ¿Qué te da la interpretación que no encuentras en otra actividad de la vida?
Francis Lorenzo: Muchas cosas, pero, por encima de ellas, la posibilidad de poder ser otros. Meterme en la piel de personas completamente distintas a mí, que es algo que pocas cosas de la vida te aportan. Eso me ha enriquecido mucho.
“Desde que tengo nietos conozco el significado de la palabra ternura”
TL: Puedes matar y no ir a la cárcel…
Francis Lorenzo: (risas) ¡Exacto! Puedes matar, odiar, ser un canalla, un hombre bueno… Muchas cosas que me han enriquecido desde el primer momento.
TL: Hemos ganado un actor que juega sin parar pero, ¿nos hemos perdido a un gran psicólogo?
Francis Lorenzo: No lo sé. La psicología me ha interesado muchísimo siempre. La he practicado con mis amigos y, si te soy sincero, igual no habría sido malo. Hay algo que tiene que me ha servido mucho en la vida y en la interpretación: el saber escuchar. Porque, si sabes escuchar en el escenario o en un plató, posiblemente interpretes bien.
TL: Entonces, esos conocimientos académicos han sido un plus a la hora de sumergirte en la piel de otros…
Francis Lorenzo: Me han servido mucho, muchísimo. Me han ayudado a conocerme a mí mismo, que es algo muy importante para interpretar a otros, así como respetar, descubrir y valorar las características de otros personajes desde su perspectiva, no desde la mía.
TL: ¿Ha habido un momento de desánimo en el que dejar esta aventura y buscar un plan B?
Francis Lorenzo: ¡40 años en esta profesión, Amalia! Quién me lo iba a decir. Y soy abuelo, como sabes (risas) Encantado, además, porque puedo disfrutarlo. Dicho esto, tengo que reconocerte que, a lo largo de estos años, he tenido mucha suerte. He tenido una continuidad profesional que para mí ha sido un regalo. Y sí, ha habido momentos de desánimo, inseguridad e incertidumbre, pero nunca la sensación de dejarlo. Eso no. Tal vez porque siempre he creído en mí y en que en mi manera de interpretar hay algo que funciona. Esto me ha ayudado mucho a continuar.
“Al niño que fui le agradezco haber soñado e imaginado tanto”
TL: ¿Qué hay del joven actor de Las cosas del querer o Médico de familia en el consagrado de hoy?
FL: La misma ilusión que cuando empecé y la misma pasión por hacer lo que hago. Eso no ha cambiado. La ilusión, inquietud y nerviosismo que sientes ante cada proyecto. Eso sigue intacto. Ahora tengo más armas para enfrentarme a todo, eso sí. Pero el cosquilleo del primer día lo sigo sintiendo.
TL: Yo identifico esa sensación con el respeto…
FL: Absolutamente, no lo podías expresar mejor. Respetamos mucho lo que hacemos. Está muy bien visto ¡Te lo compro! (risas)
TL: ¿Ha tenido que llegar MasterChef celebrity para que la gente te descubriera de verdad?
FL: Te diré una cosa. Ese programa ha sido para mí una experiencia impresionante. He disfrutado muchísimo y me ha enseñado muchas cosas. En MasterChef no había nada preparado, cada día era una cosa distinta, sobre todo en un terreno que no dominaba, como es la cocina. No tenía ni idea de cocinar cuando empecé. Ahí no podías disfrazarte, te salía tu yo y quién eres. Hay 14 cámaras que lo reflejan en todo momento y no puedes engañar a nadie. El programa me hizo descubrir cosas mías en las que no había reparado nunca. Ya sabes que soy muy tímido y estoy acostumbrado a verme tras el disfraz de un personaje, pero ahí era yo sin caretas, un Francis que no conocía.
“La psicología me ha enseñado a escuchar y eso me ha ayudado como actor”
TL: Y el Francis niño que correteaba por la Alameda pontevedresa, ¿se reconocería en el hombre que te has convertido?
FL: Probablemente tenga los mismos valores. A ese niño ya le inculcaban unos valores que, con la vida, han ido creciendo. Esa vida, eso sí, te ha dado golpes, alegrías, éxitos y fracasos que te han enseñado muchas cosas y, si consigues autoanalizarte, juzgarte y autocriticarte, creces. El fracaso enseña, pero te aseguro que el éxito te lleva a un lugar que hay que saber analizar bien para aprender. Arturo Fernández me dijo un día que en esta profesión nunca hay que abandonar un éxito, porque no sabes si lo vas a volver a tener. Y tenía mucha razón.
TL: ¿Acabarás algún día regresando a las raíces de esa ciudad que nos marca tanto?
FL: Ya sabes que voy mucho a Pontevedra. Ahora se estrena El jardinero, que la rodamos allí. Y después de muchos años, viví allí un mes y medio seguido. Y pensé ¡Uy, Francis… esto es una maravilla! He descubierto esa ciudad en la que puedes caminar, en la que no necesitas el coche para ir a ningún lado, esa calidad de vida que no encuentras en una gran ciudad. Yo busco ahora lo que tú tienes, la calidad de vida.
TL: ¿Hacemos un cuestionario rápido?
FL: Lo que tú me pidas.
TL: ¿A quién o a qué no le dedicarías ni un minuto de tu vida?
FL: Ufff, si algo he aprendido es que no debes decir nunca jamás en la vida. Pero no le dedicaría nunca mi tiempo al odio y al rencor, algo que está hoy muy de moda con la proliferación de haters.
“La muerte de mi padre me dejó sin palabras”
TL: ¿Hay un pensamiento recurrente cada mañana?
FL: Últimamente cada vez que me despierto aparece mi padre. Falleció hace unos meses, como sabes, y cada mañana hablo con él inevitablemente…
TL: Pues te diré que ese vacío no se pasa…
FL: Me lo temo. Se me aparece muchas veces a lo largo del día.
TL: ¿Ese plato que no pararías de degustar con placer?
FL: Soy bastante sencillo para eso. Posiblemente sea la tortilla de patata, pero nada supera al pulpo a feira. A mí me vuelve loco.
TL: ¿Ese olor que, sin remisión, te transporta a la infancia?
FL: Posiblemente el olor a tierra mojada de la lluvia. Ese olor mezclado con el del mar es algo que tengo grabado.
TL: Tres palabras que definan el momento que está viviendo…
FL: Madurez, ternura (desde que tengo nietos he descubierto el significado de la palabra ternura) y pasión.
“Lo que más me cuesta de la fama es no poder pasar desapercibido”
TL: ¿Lo mejor que te gustaría escuchar de ti?
FL: Esto es difícil. Probablemente me gustaría escuchar muchas cosas y todas buenas (risas). Pero sin duda que soy buena persona.
TL: Si pudieras hacerlo, ¿qué le dirías al niño que se quedó atrás?
FL: Le daría las gracias por todo lo que soñó e imaginó porque, esa base, me ha ayudado a llegar donde estoy.
TL: ¿Qué es lo peor de la fama?
FL: Para un tímido como yo, sentirte observado cuando no quieres que eso ocurra. Perder la invisibilidad. Hay veces que me gustaría pasar desapercibido, pero no puedo. Eso lo llevo mal, pero la fama tiene muchas cosas buenas.
TL: ¿Eres de dar consejos aunque no te los pidan?
FL: Ni los pido ni los doy, pero sí me gusta analizar la situación, oír a la gente, ver su punto de vista y dar el mío.
TL: ¿Esa situación o persona que te ha dejado sin palabras?
FL: Me dejó sin palabras la muerte de mi padre.
“Me dan pánico las aves, es un miedo que no he podido superar”
TL: ¿La cara y la cruz de ser tú?
FL: La cara podría ser las veces que he podido ser yo en esencia y la cruz cuando no he conseguido serlo, porque soy un desastre. Mi cara es ser Francis en estado puro.
TL: ¿Un miedo que no sepas controlar?
FL: El miedo a las aves. No puedo con las gallinas, con las palomas, con las gaviotas. Me dan pánico. Cuando voy a Pontevedra me protejo mucho y mis amigos, mis hijos y mi mujer lo saben bien. He llegado a cruzar calles e irme por otro lado donde sé que no hay. El trauma viene de niño y no he podido superarlo ni con mis hijos, ni ahora con mis nietos. No puedo llevarlos a ver las palomas.
TL: Esa pregunta que no te he hecho y te habría gustado responder…
FL: Probablemente hay muchas preguntas que no nos hacen y nos gustaría responder. Tú puedes hacerme las que quieras, pero hay una profesional que nunca he respondido y que me lleva a preguntarme qué característica recorre todos los personajes que he hecho. Todos los actores tenemos algo que está en todos los personajes. Me la hago mucho y no sé contestarla. Es la que me gusta que me hicieran y que también me respondieran.
TL: Deberes para la próxima, entonces…