Fernando Rius: “El lujo de hoy es tener tiempo, poder de decisión y hacer las cosas con pasión”

Editor de Vogue, director de ventas en Loewe, dueño de un negocio que introdujo la moda de lujo en España... Fernando Rius es parte de la historia de la moda en nuestro país y este año celebra 30 años al frente de su proyecto más personal, Área CG.

Elisa Ventoso. 06/10/2025
Foto: Álex del Río para Área CG

Una de las mejores cosas de ser periodista es tener la posibilidad de hablar y conocer de cerca a gente realmente interesante. Personas de distintos sectores que aman lo que hacen, destacan en lo suyo y/o tienen mucho que contar. Estas tres cosas definen a la perfección a Fernando Rius, un hombre con una amplia trayectoria en el mundo de la comunicación y la moda, que este año cumple 30 al frente de su proyecto más personal: la agencia de comunicación global, Área CG.

Su conversación es fluida, compleja, y enlaza un tema con otro como solo los buenos comunicadores saben hacer. Habla con preciso conocimiento de los dos pilares que han regido su vida (la comunicación y la moda), así como del futuro -incierto- al que se dirigen.

En este sentido, desconfía de las redes sociales, siente curiosidad y miedo por la IA y abraza los avances tecnológicos y los formatos digitales como forma de adaptarse al presente sin perder de vista el pasado. Ese que guarda en su despacho en forma de colección de cintas VHS, revistas en papel y documentos que hablan de un tiempo no tan lejano en el que todo era muy distinto.

Pero empecemos por el principio.

Comunicación y moda, sus grandes pasiones

Fernando Rius llegó al mundo de la moda en los años 70. Su osadía, su buen ojo para los negocios y “un poquito de suerte” le llevaron, nada más y nada menos, que a abrir el mercado español a los grandes de la moda internacional.

Lo hizo con el primer negocio multimarca que albergó diseños de Jean Paul Gaultier, Maison Alaïa o Issey Miyake, entre otros muchos. Fue una época, según él, “de descubrimiento y mucha ilusión”, que impulsó una carrera meteórica.

Después de aquello entró como director de compras en Loewe (entre 1987 y 1993), donde conoció hasta el último entresijo del sector desde dentro. El salto a la comunicación le llegaría con Vogue, donde fue director de moda durante 11 años y cuya marcha le marcó para lo que vendría después.

Fue entonces cuando tomó las riendas de su propio futuro y creó la que ha sido su casa durante 30 años. Una agencia de comunicación global que aúna comunicación y moda con espíritu crítico, un marcado conocimiento del lujo y un cuidado excepcional por las personas.

“Nos han contado que el lujo es tener algo de una determinada marca, pero no es así. El lujo es cultura, es algo que te das a ti mismo, como el tiempo. Es saber que llevas algo bueno aunque no tenga logo. Es la posibilidad de elegir, de tener pasión por lo que haces… Porque el conocimiento se adquiere, pero la pasión es algo intrínseco a cada uno y que define cada camino. Es lo que te lleva a querer avanzar, destacar y cumplir objetivos independientemente de que seas pequeño o formes parte de una multinacional”, explica.

Coherencia, pasión y humanidad

Fernando (derecha) junto a parte de su equipo. De izquierda a derecha Cristina Herráiz, Gonzalo Sánchez, Gema Rodríguez, Berta Esquívias y Mamen Fernández. Foto: Álex del Río para Área CG

Por eso aboga por la responsabilidad de las empresas de educar a las nuevas generaciones con valores humanos, que son lo que prevalece por encima de los intereses comerciales en cualquier ámbito.

En mi generación entendimos la importancia de merecer las cosas, del peso de la creatividad y del contacto directo entre artesanos y diseñadores. Luego vino una generación, para mí perdida, con mucha más capacidad de exigir que de aprender. La de ahora ha crecido en una crisis y ha generado un entorno creativo muy interesante a partir de la restricción. Ellos serán el motor del cambio en un futuro inmediato”, comenta.

Porque, según apunta, algo tiene que pasar para que el mundo de la moda rompa con un presente basado en un mass market que no se puede sostener“Las marcas familiares descubrieron en los años 70 que para sobrevivir necesitaban a los grandes inversores o “caballeros blancos”. Lo que nadie podía prever es que iban a convertirse en los gigantes que son ahora, que no responden a una necesidad creativa, sino monetaria. Son ellos los que han forzado a las marcas a la diversificación, los que han saturado el mercado y han acabado con la magia“, explica.

Se refiere a esa magia, esencia o identidad que deben tener las firmas para vender sus productos y para que agencias como Área CG cuenten sus historias. “No decimos que sí a cualquiera que quiera trabajar con nosotros. Si una marca no tiene valores y transparencia es imposible que construyamos sobre ella una narrativa que sea buena, coherente y llegue al periodista. Porque él -el periodista-, a pesar de las modas y de la caída de las publicaciones en papel, sigue siendo la clave para llegar al cliente final”, apunta Rius.  

Fernando Rius y su visión del think small

Con todo, multitud de clientes siguen sosteniendo y avalando el trabajo de Fernando Rius y su equipo 30 años después. Una comunidad “pequeña” (casi familia) por elección que funciona como los engranajes de un reloj, perfecta y sincrónicamente a una escala “controlable y humana” en sus delegaciones de México y Madrid. 

“Sé cuál es mi techo y por qué decidí que Área no creciera más. Pienso que solo siendo pequeño tienes el control de ti mismo, de lo que haces y de lo que proyectas. Y eso es precisamente lo que celebramos hoy. Estoy orgulloso de mi equipo, del trabajo que hacemos y de haber llegado aquí siendo coherentes y sabiendo elegir. Porque ahí y no en otra cosa, radica la base del verdadero lujo”, concluye.

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