Sarah Ferguson se queda sin Navidad en Windsor por su relación con Jeffrey Epstein
Carlos III activa nuevas medidas para proteger la reputación de la Casa Real tras las conocerse la relación entre Sarah Ferguson y Jeffrey Epstein.
El rey Carlos III ha decidido excluir al príncipe Andrés y a su ex-esposa, Sarah Ferguson, de las celebraciones navideñas de la familia real este año. Una decisión que ha tomado al parecer junto a su hijo, el príncipe William, en un intento por distanciar a la monarquía de nuevas polémicas.
Según fuentes cercanas al monarca, la decisión responde tanto a los vínculos pasados de la duquesa de York con Jeffrey Epstein, como a la controvertida conducta del propio Andrés. Su reputación ya estaba dañada por sus conexiones con el financiero estadounidense y por acusaciones de abuso sexual, que resolvió con un acuerdo económico en 2022 sin admitir culpabilidad alguna.
Sarah Ferguson calificó a Jeffrey Epstein como “amigo supremo”
La situación se ha agravado tras la publicación de varios correos electrónicos de 2011. En ellos, Sarah Ferguson se refería a Epstein como un “amigo supremo”, pese a que públicamente lo había condenado. Aunque la duquesa asegura que sus mensajes respondían a presiones del magnate, el hallazgo ha provocado que al menos siete organizaciones benéficas rompan sus lazos con ella.
Además, se plantea ahora retirarle la libertad honoraria de la ciudad de York, título que compartía con el príncipe Andrés desde su matrimonio en 1987. El duque ya perdió este reconocimiento en 2022, en medio del escándalo judicial.
El príncipe William quiere evitar cualquier cercanía con su tío
El rey Carlos III y el príncipe William coinciden en mantener una postura firme frente a los York. El motivo es que les consideran un riesgo para la imagen de la monarquía. William en particular evita cualquier cercanía con su tío, como se evidenció en el funeral de la duquesa de Kent. Recordemos que ignoró deliberadamente los intentos de conversación de Andrés.
El monarca, aunque no quiere impedirles asistir a actos familiares como funerales o servicios religiosos, ha dejado claro que espera que lo hagan de manera discreta. Incluso entrando y saliendo por accesos secundarios para no llamar la atención pública.
La duquesa, visiblemente afectada por la controversia, ha expresado a su entorno que explicará su versión a la familia en el momento oportuno. Aunque reconoce la vergüenza causada. Su exclusión de Sandringham supone un golpe especialmente duro, ya que Carlos III la había reincorporado a las reuniones navideñas, permitiéndole incluso unirse a la tradicional caminata familiar en 2024.
Mientras tanto, la residencia compartida de Andrés y Ferguson en Royal Lodge vuelve a estar en el centro de la polémica. De hecho hay crecientes voces que exigen su desalojo. Todo esto refleja el delicado equilibrio de Carlos III: proteger la institución de nuevos escándalos mientras gestiona las tensiones internas de su familia.