Foto: Gtres
El anillo del Papa, conocido como el Anillo del Pescador, es uno de los símbolos más representativos de cualquier pontificado. Tradicionalmente, cuando un Papa muere o renuncia, el anillo se destruye (o se marca con una gran cruz) para simbolizar el fin de su autoridad y evitar su uso indebido.
En el caso del Papa Francisco, él renunció al uso del anillo tradicional de oro macizo y eligió uno de plata dorada. No obstante, su anillo también tendría un destino simbólico al terminar su pontificado, en este caso tras su muerte. Puede que se marque o se destruya simbólicamente para seguir con la tradición o que se conserve como objeto histórico, dado su valor como parte de un pontificado tan singular y su estilo más humilde.
El Anillo del Pescador (Anulus Piscatoris) es una de las insignias papales más emblemáticas. Su origen se remonta al siglo XIII y simboliza la autoridad del Papa como sucesor de San Pedro, quien fue pescador antes de convertirse en el primer líder de la Iglesia Católica. Tradicionalmente, el anillo se utilizó para sellar documentos oficiales, aunque esa práctica se abandonó en el siglo XIX.
Sin embargo, cada Papa recibe un anillo único y personalizado con su nombre grabado. A lo largo de la historia, han existido más de 260 anillos, uno por cada pontífice desde su instauración oficial.
El Papa Francisco recibió un anillo diferente al de su predecesor, Benedicto XVI. Las principales diferencias fueron que el anillo de Benedicto XVI estaba hecho de oro macizo y el suyo de plata dorada, reflejando su estilo más austero.
Ambos anillos presentan la imagen de San Pedro con las llaves del cielo, pero el diseño del anillo de Francisco es más sencillo y menos ornamentado. Además, este último es un modelo basado en un diseño del siglo XX realizado por el escultor Enrico Manfrini.
A pesar de estos cambios, el símbolo del Anillo del Pescador ha sido siempre el mismo. Representa la autoridad del Papa y su papel como líder de la Iglesia Católica.
El Papa Francisco falleció el lunes 21 de abril de 2025 a las 7:35 horas a causa de un ictus cerebral que derivó en un coma y colapso cardiovascular irreversible en su residencia de la Domus Sanctae Marthae, en el Vaticano. Tras el deceso, su apartamento se selló para proteger todos sus enseres personales.
Según las normas de la Ciudad Autónoma, el funeral, al que acudirán los presidentes de los países católicos y los reyes y reinas reinantes, se celebrará entre el cuarto y el sexto día después de su fallecimiento. Por lo tanto, se espera que las exequias tengan lugar entre el viernes 25 y el domingo 27 de abril.
En cumplimiento de su voluntad, el Papa Francisco solicitó un funeral austero y sencillo. Modificó el protocolo funerario en abril de 2024, eliminando elementos tradicionales como los tres féretros, el catafalco y el báculo papal. Además, expresó su deseo de ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, en lugar de la tradicional Basílica de San Pedro.
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