Probamos en el nuevo BMW X3: un SUV que derrocha modernidad y minimalismo
El nuevo todo-camino de BMW es más bonito, cómodo, tecnológico y divertido de conducir
Circulando por las carreteras españolas es más que fácil cruzarse con un BMW X3. No es casualidad: es el modelo más vendido del catálogo de la marca y el líder de su segmento. Su modernidad, presencia y estilo deportivo en el popular formato SUV han jugado un papel fundamental en este éxito que acumula 20 años de historia.
Para seguir siendo tendencia, BMW ha actualizado este super-ventas en una cuarta generación que incluye muchas novedades de diseño, tecnología y experiencia de conducción. Además de una crecida en el espacio interior y el maletero. He tenido que ponerlo a prueba durante más de 1.500km para poder contártelo con todo lujo de detalles.
Un monolito: nuevo diseño con más presencia y elegancia
Sin perder la esencia, el nuevo BMW lleva su legado a la mínima expresión mientras introduce paulatinamente un nuevo lenguaje de diseño minimalista con más presencia, elegancia y deportividad. El X3 es un todo-camino de uso diario con líneas prominentes, que luce agresivo mientras pisa la carretera. Es un coche con mucha personalidad y carácter circulando en carreteras llenas de copias, por lo que es fácil fijarse en él.
El aspecto de esta generación es muy moderno, con un toque industrial que se ha convertido en tendencia en todas las áreas del diseño, desde coches hasta tecnología o complementos de alto lujo.
El aspecto monolítico, simulando estar fabricado en una única pieza sumergida en pintura, me ha resultado muy atractivo. Los nuevos faros con forma de L o la trasera totalmente rediseñada con el alerón de techo largo dan un toque diferente y aún más actual a esta generación.
Mención especial merece la parrilla frontal rodeada de sutiles luces LED. Un icono de BMW que se ha rediseñado manteniendo las proporciones en forma de riñón e incluyendo un nuevo patrón de líneas diagonales y verticales e integrando múltiples sensores para la asistencia a la conducción. La presencia de la que dota a este coche es innegable y, aun siendo uno de los puntos más polémicos de esta generación, me atrevería a decir que el nuevo patrón le sienta fenomenal.
El resto es bastante continuista, pero sobre todo funcional, como los tiradores enrasados en las puertas. BMW permite altísimos niveles de personalización para crear el coche de tus sueños, como este que probé en color rojo, acabado deportivo y unas llantas únicas de la colección BMW Individual. Todo dependerá de lo que uno quiera que sea el susto al pasar por caja.
Funcionalidad y estilo, equipados al siguiente nivel
Si por fuera el nuevo X3 ya deja claras sus intenciones como coche funcional y moderno, el interior es una demostración de haberlo conseguido. Basado en un estilo repleto de líneas geométricas y materiales premium, como el revestimiento textil de las puertas, sentarse en este coche como conductor o pasajero es una experiencia placentera.
Es amplísimo en las plazas delanteras y traseras, cómodo y sobre todo muy luminoso gracias al nuevo cristal que ocupa toda la superficie del techo . Un lujo para viajes largos.
En general, este BMW no renuncia a nada de su experiencia premium característica, sino que moderniza todo el conjunto siguiendo las tendencias del mercado actual. Pero uno sigue teniendo claro que está montado en un BMW.
Novedades del BMW X3
Algunas novedades son, por ejemplo, las nuevas molduras junto a las puertas, que al principio chocan, pero terminan resultando hasta atractivas. O los luminosos personalizables a lo largo y ancho del interior, muy bien integrados y bonitos siendo algo mucho más trabajado que unos LED sencillos. El volante, mullido y agradable al tacto, ahora viene cortado en su radio inferior.
Un gigante cristal horizontal recorre casi todo el salpicadero para albergar dos pantallas. Una tras el volante a modo de cuadro de instrumentos y otra en el centro que da vida al sistema operativo de BMW con muchas funcionalidades y a la conectividad con CarPlay o Android Auto. Este dúo ya se ha convertido en una seña de identidad del interior moderno de la marca, que genera un puesto de conducción muy envolvente.
BMW está haciendo pantallas de altísimo nivel para sus coches: son luminosas, coloridas, fluidas… Sumando el control con el mando iDrive, ubicado en el nuevo bloque central junto al selector de marchas, hace que la interacción sea más rápida, natural y segura que tocando la pantalla con los dedos.
Conduciendo un diésel en 2025, ¿tiene sentido?
BMW ha dispuesto en el nuevo X3 una gran variedad de motorizaciones para elegir. Desde modelos diésel y gasolina con pegatina ECO hasta híbridos enchufables con el distintivo CERO. Todos ellos con el imprescindible cambio automático y la tracción 4×4 integral inteligente a la que llaman xDrive.
El comportamiento dinámico del nuevo BMW X3 es una delicia. Se muestra ágil y preciso al hacer curvas, pisando el asfalto con determinación y al mismo tiempo resultando muy confortable y equilibrado en viajes largos. Esto hace que sentarse a los mandos sea un placer, demostrando cómo el carácter deportivo de BMW hace que un coche grande se sienta ágil.
La versión que nosotros probamos equipaba un motor diésel de 197CV. Es una configuración ideal para aquellos que buscan un coche con buen empuje, poco ruidoso y, sobre todo, con un consumo muy contenido.
Equilibrio entre deportividad y eficiencia
Apenas 6 litros cada 100km tiene la culpa de la experiencia tras este volante, un equilibrio entre deportividad y eficiencia al máximo esplendor. Incluso con el amplísimo maletero de 570 litros lleno, el coche cumple nada más pisar el acelerador.
El nuevo BMW X3 poco se parece al que conducían mis padres hace más de 10 años. Sin embargo, montarse en él se siente muy familiar. Derrocha ADN premium de BMW de principio a fin, y es una evolución muy natural de una fórmula que ya ha demostrado ser un éxito.
En definitiva, esta generación es darle una vuelta a algo que ya funcionaba y actualizarlo para hacerlo más bonito, más cómodo, más tecnológico y más divertido de conducir. Todo con una etiqueta que arranca en 65.000€.