Foto: Gtres
La subasta de objetos de Hollywood que ha realizado Heritage Auctions en la última semana no solo ha tenido al trineo Rosebud de Ciudadano Kane como protagonista, tras adjudicarse por 14,75 millones de dólares. La subasta ha sido todo un éxito recaudando un total de 25 millones.
Esto ha sido posible gracias a la venta de las tablas de granito de los Diez Mandamientos encargadas por Cecil B. DeMille para su épica película de 1956 por 325.000 dólares. También, ha sacado a la luz una reliquia ochentera. Se ha vendido por 525.000 dólares. Además mezcla a tres personajes históricos: el actor Harrison Ford, Lady Di y el propio Carlos III.
Se trata del látigo que el actor blandió para la película Indiana Jones y la Última Cruzada (Paramount, 1989). Se entregó al entonces príncipe Carlos por el propio Harrison Ford y los productores de la película el 27 de junio de 1989, durante el estreno benéfico de la película en Londres.
Este látigo David Morgan serie 450 fue elaborado artesanalmente con cuero de canguro de 12 trenzas. Presenta dos partes trenzadas. Está construido sobre una base de mango de acero de 20 centímetros, con una correa para la muñeca fijada al pomo. Presenta una caída de cuero blanco y un broche de presión de nailon negro retorcido.
Harrison Ford utilizó el látigo en el clímax de la película, que aparece durante las secuencias dentro del Templo del Grial, cuando Indiana Jones se dispone a enfrentar tres desafíos letales para proteger el Santo Grial y al entrar en las habitaciones del Caballero del Grial (Robert Eddison).
Además, este látigo se ve de nuevo en un primer plano de Indiana arrodillado usando la copa del Grial para curar a su padre, Henry Jones (Sean Connery). Se aprecia la parte superior del mango, mostrando la misma alineación del patrón de trenzado en tablero de ajedrez “sobre uno, debajo de uno” en el cuero. La longitud total del látigo es de 3,7 metros, de forma que la sección trenzada mide 2,9 metros. También, presenta el desgaste típico de la producción y la antigüedad.
Pero la historia de este látigo no termina. Después de que se lo entregasen al príncipe Carlos, Diana, princesa de Gales, lo donó a su actual propietario, que ahora ha obtenido por él una jugosa cantidad de dinero.
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