Foto: Gtres
El pasado lunes, Reino Unido festejó el 80 aniversario del Día de la Victoria con un desfile militar al que acudió la Familia Real británica al completo. Fue una fecha clave que marcó el fin de la II Guerra Mundial y que ayer volvieron a celebrar con un servicio religioso en la abadía de Westminster. En una semana turbia por los comentarios del príncipe Harry respecto a su padre, no faltaron a la cita Carlos III, la reina Camilla, los príncipes de Gales, los duques de Edimburgo, los duques de Gloucester, así como la princesa Ana y su esposo. De entre todos, como siempre, destacó la presencia de Kate Middleton, que volvió a emular a su suegra, Lady Di, con un exquisito vestido de lunares que ya le habíamos visto.
Se trata de un diseño de Alessandra Rich que visitó por primera vez el Día de la Jarretera en 2023. Con cuello subido, manga larga con puños marcados, fajín fruncido en la cintura y falda lápiz de largo midi, recuerda mucho al que su suegra, Lady Di, vistió en Ascot en 1987.
La diferencia fundamental entre ambos está en los lunares, siendo los del vestido de Kate Middleton pequeños topitos y el de Diana, círculos más grandes. Precisamente del mismo tamaño que los de otro vestido de Kate Middleton de la misma diseñadora y que lució en Ascot en 2022.
Pero volviendo al look de ayer, la princesa de Gales lo combinó con un tocado negro con flores y rejilla que cubría parcialmente su rostro. En cuanto al resto de complementos, optó por llevar los zapatos y el bolso a juego en un color camel siempre de moda. Aunque suele ser fiel al calzado de Gianvito Rossi, en esta ocasión llevaba unos salones de tacón alto de Ralph Lauren.
Y de la mano llevaba el modelo Nano Montreal de DeMellier. Una firma londinense con un interesante proyecto solidario que fabrica sus bolsos en España y cuyos modelos también forman del vestidor de Meghan Markle o la reina Camilla. De diseño estructurado, solapa frontal y detalle dorado al frente, es un bolso que le vimos a finales de 2022.
Por último, las joyas. Kate Middleton completó su exquisito look de lunares con unos de los muchísimos pendientes de perlas que tiene en su joyero. Estos particularmente pertenecieron a la princesa Diana.
Son dos piezas de la firma Collingwood que el príncipe Carlos le regaló a Diana unos meses antes de su boda en 1981. Son dos piezas de diamantes de las que cuelgan dos perlas con forma de gota de agua que Diana lució en multidu de ocasiones y que tras su muerte se quedó William, regalándoselas más adelante a su esposa.
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