Foto: Gtres
El epicentro de esta edición de la Eurocopa Femenina 2025 fue la emocionante final entre Inglaterra y España. El partido fue un derroche de intensidad y estrategia, manteniendo a los aficionados al borde de sus asientos.
Mariona Caldentey adelantó a España en el minuto 25, demostrando la calidad y el dominio inicial de La Roja. Sin embargo, la resiliencia de las británicas se hizo evidente cuando Alessia Russo logró el empate en el minuto 57 con un potente cabezazo, tras una asistencia precisa de Chloe Kelly, que no había jugado de titular.
A pesar de que España controló gran parte del juego con un 67% de posesión y generó las mejores ocasiones, Inglaterra demostró un gran carácter inquebrantable. Su camino hacia la final estuvo plagado de remontadas memorables contra equipos como Suecia e Italia, ambas derrotadas in extremis.
La dirección de Sarina Wiegman, quien con esta victoria suma tres Eurocopas en su palmarés, ha sido fundamental para forjar un equipo capaz de superar adversidades y aprovechar las oportunidades clave, revalidando así el título europeo, esta vez, en territorio extranjero.
La tanda de penaltis, que culminó con un 3-1 a favor de Inglaterra, fue el broche de oro para un partido inolvidable. Tanto por su dramatismo como por la determinación de ambos equipos.
La Eurocopa Femenina de Suiza 2025 ha trascendido las expectativas, erigiéndose como un hito histórico en el desarrollo del deporte femenino de élite. Celebrada del 2 al 27 de julio, esta edición no solo batió récords de asistencia y audiencia, sino que ha servido para proyectar al fútbol femenino como un deporte de masas con un potencial ilimitado.
Los más de 600.000 espectadores presenciales en los estadios suponen un auténtico récord, así como una audiencia televisiva estimada en más de 400 millones. Cifras que hablan de un torneo que demostró de manera contundente que el fútbol femenino está listo para competir en igualdad de condiciones con otros grandes eventos deportivos a nivel mundial.
El éxito de esta edición se cimienta en la visión estratégica de la UEFA. Un ambicioso plan Unstoppable que busca posicionar el fútbol como el deporte más practicado por mujeres en Europa para el año 2030.
Suiza, como país anfitrión, capitalizó esta visión con una organización impecable logrando llenar estadios emblemáticos. Como el Stadion Wankdorf de Berna, que acogió a casi 30.000 aficionados en el partido de cuartos de final entre España y Suiza; y el de Basilea, que vibró con 34.000 espectadores en el enfrentamiento entre Francia y Alemania.
El elevado nivel competitivo exhibido en el torneo fue otro pilar fundamental de su éxito. Selecciones de élite como España, Inglaterra, Alemania y Francia elevaron el estándar del juego, ofreciendo partidos de alta calidad técnica y táctica.
Sin embargo, la irrupción de equipos como Polonia, Islandia, Portugal y la propia Suiza demostró una mayor paridad y crecimiento en el panorama del fútbol femenino europeo. Jugadoras de talla mundial como Aitana Bonmatí -declarada mejor jugadora del torneo- , Alexia Putellas y Esther González -máxima goleadora- brillaron con luz propia, protagonizando momentos memorables que quedarán grabados en la memoria de los aficionados.
Como el espectacular taconazo de Bonmatí a Athenea del Castillo en el partido contra Suiza. O el golazo sin apenas ángulo de Aitana en la semifinal contra Alemania.
Este nivel de excelencia deportiva, combinado con la pasión vivida en las gradas, ha transformado la percepción del fútbol femenino. Lo ha hecho atrayendo a una audiencia más joven y diversa, con un notable componente femenino – pero no solo- y un mayor poder adquisitivo.
El impacto económico y social de la Eurocopa Femenina 2025 es innegable. Un estudio de Nielsen prevé que en los próximos cinco años el fútbol femenino se consolidará como uno de los cinco deportes más importantes del mundo. Lo hará con un crecimiento proyectado del 30% en audiencias televisivas y un 40% en la base de aficionados, alcanzando la asombrosa cifra de 800 millones.
Clubes de renombre internacional como el FC Barcelona, Olympique de Lyon o Manchester City han apostado decididamente por sus secciones femeninas, consolidándolas como activos estratégicos de sus instituciones.
En Suiza, el torneo ha impulsado significativamente el fútbol femenino local. Lo ha hecho con un aumento en el número de jugadoras federadas, que actualmente asciende a 40.000. Así como el ambicioso objetivo de duplicar esta cifra para 2027.
La consigna Here to Stay y la mascota Maddli, inspirada en la pionera Madeleine Boll, simbolizan el compromiso con un cambio sostenible y duradero. Además, la Eurocopa ha promovido valores fundamentales de igualdad y universalidad. Ha demostrado que el fútbol femenino se juega con las mismas reglas, en los mismos campos y con idéntica pasión que el masculino. Todo reforzando su papel como deporte universal.
Y es que la Eurocopa Femenina de Suiza 2025 no solo ha sido un rotundo éxito deportivo. Ha sido un catalizador crucial para el despegue del deporte femenino de élite. Ha marcado un antes y un después en su historia.
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