Foto: Cortesía de Hotel Boutique Faro Silleiro
El diccionario define el lujo como “la abundancia de cosas o de medios”. Para unos es sinónimo de exclusividad y ostentación. Para otros, supone disfrutar de los pequeños placeres cotidianos que te ofrece la vida.
En el término medio de las dos acepciones está fusionar lo exclusivo y especial con los sueños mundanos que algún día aspiras alcanzar. Y, en este grupo, se encuentra una pandilla de amigos que unieron fuerzas y recursos para materializar una ilusión que acabó convirtiéndose en exitosa realidad.
El matrimonio gallego formado por Miguel Ángel Fernández y Lucrecia García se unió a Pati Blanco y Manuel Morales de Borbón para dar vida a un proyecto que, a priori, podría resultar una locura.
Pero el mundo es de los que arriesgan y luchan por ofrecer algo diferente. Gracias a ese empeño nació el Hotel Boutique Faro Silleiro. El único hotel en Galicia integrado a un faro, que está en activo.
La costa gallega, que se extiende, admira y disfruta a lo largo de más de 1500 kilómetros, está jalonada por faros, 44 en total, que emergen desde una base rectangular.
Son torres iluminadas con diferentes estéticas, que sirven como punto de referencia a los barcos, posibilitando a los marineros el llegar a salvo a la costa. Sus ubicaciones son excepcionales. Se erigen en parajes casi vírgenes y en altura, lo que les permite disfrutar de vistas espectaculares.
El Faro Silleiro, construido en 1924, está a 85 metros sobre el nivel del mar. Su luz se puede ver a 40 millas si el día amanece despejado, convirtiendo al lugar en un estupendo mirador de Bayona. Municipio que fue el primer puerto en el que se anunció el Descubrimiento de América. Un faro en activo donde historia, exclusividad y naturaleza se entrelazan.
Y es justo en ese enclave donde, en 2024, comienzan las obras del Hotel Boutique Faro Silleiro. Unos meses después, en abril de 2025, abrió sus puertas ofreciendo, entre sus muchas exclusividades, unas impresionantes vistas al Atlántico en un entorno lleno de historia.
Dada la singularidad en la que conviven la actividad del faro y la del hotel, todas las semanas, una nueva generación de jóvenes fareros acuden a revisar las instalaciones de este faro, considerado de Primera Categoría.
Un total de 17 habitaciones conforman el alojamiento del hotel. Ocho tienen vistas al mar Atlántico e Islas Cíes y nueve miran a las montañas gallegas. Entre acantilados y naturaleza salvaje conviven hoy el diseño y la historia.
Terrazas abiertas al mar e iluminadas por la luz del faro, piscina de agua salada frente al océano, gimnasio sobre el acantilado, biblioteca con más de cien años de historia…
Todo eso alojado en un edificio cuyas puertas, paredes de piedra y escalera de caracol se mantienen intactas, porque no estaba permitido modificar nada de la estructura original. Un paraíso situado en el último tramo del Camino de Santiago por la costa.
Los amantes del deporte encontrarán en el Oceanfit un espacio fitness totalmente independiente del edificio principal. Tiene vistas al mar y el equipamiento necesario para mantenerse en forma disfrutando de una panorámica, que es muy probable que te distraiga del ejercicio físico.
Como complemento natural, el entorno del hotel es perfecto para los amantes del running, con rutas cercanas de montaña o la opción de disfrutar del trazado costero.
Los que prefieran la piscina disfrutarán en la Salitre Infinity pool de un baño con vistas infinitas al océano. Es la piscina de agua salada situada en una de las terrazas del hotel y que te posiciona frente al Atlántico. Escenario ideal para contemplar el atardecer gallego en el que un día no es igual a otro.
Quienes vayan buscando la calma y el silencio, tienen en la biblioteca Tinta Negra. Un refugio íntimo y acogedor, lugar perfecto para la desconexión leyendo un libro al calor de la chimenea, disfrutando de un té a media tarde o un cóctel elaborado cuando llega la noche. Este espacio tiene acceso directo a la escalera de la torre del faro.
El actual Faro Silleiro, donde hoy se sitúa este exclusivo Hotel Boutique, no era el original. El primer faro se inauguró 1862 y estaba situado al nivel del mar. La frecuente niebla en la zona dificultaba su visibilidad y, por tal motivo, se decidió construir el que hoy se erige en lo alto de la montaña.
El antiguo faro, al que denominan O Faro pequeño, se conserva en el mismo lugar en el que se fundó, a los pies del actual. Ahora es una acogedora taberna con sabor atlántico, situada al lado de la Playa de los Cristales.
Una pequeña cala de gran belleza y llena de leyendas. Es conocida, de ahí su nombre, por los pequeños cristales de colores que puedes encontrar en su arena.
La taberna ofrece una propuesta gastronómica basada en productos locales del mar. Lucrecia García, una de las socias del Hotel Faro Silleiro, y su hijo Cristóbal, fundaron la conservera La Curiosa, con sede en el municipio pontevedrés de Nigrán.
Sus productos de alta calidad se pueden degustar preferencialmente en O Faro pequeño, así como adquirirlos en la web. Seleccionan los mejores mariscos y pescados capturados en campaña y en su mejor momento de sazón.
Sus conservas son viandas de las Rías Baixas y las salsas se elaboran según las recetas tradicionales con ingredientes naturales y sin aditivos. El producto es elaborado de forma artesanal, cuidando el enlatado y empacado a mano. Un sinónimo de ese lujo por lo cotidiano con el que iniciábamos este relato.
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