Foto: Puy du Fou
Estamos metidos de lleno en la época más especial del año y no hay rincón, escaparate o detalle que no nos lo recuerde. Sin embargo, si de verdad te gusta la Navidad hay un lugar mágico donde puedes vivirla como nunca. Por supuesto hablamos de Puy du Fou, el recientemente reconocido como Mejor Parque de Europa y que desde el 29 de noviembre luce como el Belén más grande del país.
Y es que todo en Puy du Fou invita al visitante a mimetizarse con el ambiente y sumergirse de lleno en la historia más profunda de la Navidad. Sus escenarios, caminos y locales, inspirados de por sí en épocas y lugares históricos, se engalanan en estas fechas para crear un ambiente especialmente festivo y navideño.
Por ejemplo, su listado de espectáculos sobre el Cid, Lope de Vega o Cristóbal Colón, a cada cual más impresionante y especial por sus sorprendentes montajes, suma esta temporada uno nuevo llamado La Alegría de la Navidad.
Un auténtico Belén viviente que rememora varios pasajes bíblicos clave en las celebraciones navideñas. Desde Moisés hasta el nacimiento de Jesús, la puesta en escena mezcla con maestría música, luz y emoción.
Y si hablamos de personajes clave para la Navidad, importantísimos son los Reyes Magos de Oriente, que también en Puy du Fou tienen un papel destacado. Porque no solo cuentan con una preciosa carpa donde reciben a los niños y sus familias, sino que son protagonistas de la que posiblemente sea la cabalgata más bonita de todo el país.
Hablamos de una cabalgata íntima, tradicional y magnífica por su nivel de detalles, sus alusiones al pasado y, en definitiva, su magia. Cada séquito acompaña a Sus Majestades como lo haría hace 2000 años, con ropas sencillas pero vistosas y presentes de la época.
Las cabras, bueyes e incluso los dromedarios forman parte de un desfile en el que no faltan el fuego, las referencias a la astronomía y los elementos antiguos. Un despliegue de creatividad y vistosidad que es un auténtico deleite para amantes de la historia y la Navidad más pura.
Y para disfrutarla de la mejor manera, nada mejor que un chocolate con churros y roscón recién salido del horno o un cucurucho de castañas. Porque Puy du Fou transforma en Navidad sus puestos de comida ofreciendo productos típicos de esta época del año. Todo manteniendo los menús de sus restaurantes temáticos, algunos con espectáculo, y de sus tabernas salpicadas por todo el recinto.
Para terminar, el parque cuenta con un poblado antiguo lleno de puestos y casetas, la Puebla Real, que en Navidad se llena de artesanos.
Estos forman parte de un mercadillo donde las piezas de madera, forja o cerámica conviven con con joyas manufacturadas, velas, creaciones de punto o acuarelas. Esas que, por cómo son y de dónde vienen, pueden marcar la diferencia bajo el árbol de Navidad.
Por todo lo anterior, una visita a Puy du Fou puede ser una excelente manera de comenzar la Navidad en familia. Un universo ideal para satisfacer la curiosidad y la ilusión de gente de todas las edades y vivir como nunca la época más especial.
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