¿Puede la inteligencia artificial sustituir a un nutricionista?
En los últimos meses, cada vez más personas recurren a herramientas de inteligencia artificial para diseñar sus planes de alimentación. Basta con escribir unas cuantas frases en ChatGPT para obtener menús en segundos.
Sin embargo, Oriol Cabanas, nutricionista en Madrid y Barcelona, alerta de los riesgos de esta tendencia. Como fundador de Cabanas Nutrition -un centro que ha acompañado a más de 25.000 pacientes-, recuerda que lo que parece una solución moderna puede ser peligroso si no se adapta a las necesidades reales de cada persona.
Cuando una dieta automática puede convertirse en un riesgo
Aunque la inteligencia artificial puede ofrecer menús equilibrados o calcular calorías, muchas veces lo hace con baja precisión y sin capacidad de interpretar el contexto humano detrás de cada usuario. Cada organismo tiene necesidades distintas, y lo que puede funcionar para una persona puede ser perjudicial para otra.
Los especialistas advierten de los peligros de seguir dietas generadas por IA sin supervisión: desde planes con un exceso o déficit calórico, hasta menús que eliminan grupos de alimentos esenciales.
En algunos casos, estos errores pueden derivar en deficiencias nutricionales, pérdida de masa muscular o desórdenes alimentarios. La tecnología puede ser una aliada útil, pero confiar ciegamente en algoritmos para algo tan delicado como la salud puede tener consecuencias reales.
Por qué el criterio humano sigue siendo insustituible

La nutrición no se basa solo en matemáticas, sino en comprensión, seguimiento y empatía. Un nutricionista evalúa factores que una herramienta de IA no puede medir: historia médica, nivel de actividad física, estado emocional, hábitos de sueño y relación con la comida.
Además, el acompañamiento profesional permite ajustar los planes a medida que el paciente evoluciona, algo que ninguna aplicación puede hacer de forma precisa.
Una parte esencial del trabajo del dietista-nutricionista es la obtención de las mediciones corporales mediante antropometría, un proceso que requiere la presencia física del profesional para valorar la relación entre masa muscular, grasa y estructura ósea. Estas mediciones son determinantes para poder diseñar un plan nutricional verdaderamente personalizado, adaptado a la composición corporal y a los objetivos reales de cada persona.
Sin este análisis directo, la IA solo puede ofrecer recomendaciones genéricas, lejos del nivel de precisión que se consigue con una valoración humana.
“La diferencia entre una dieta automatizada y un plan personalizado está en el seguimiento continuo y en la capacidad de adaptar la estrategia a la vida real de la persona”, señalan desde el centro Cabanas Nutrition.
El futuro pasa por unir tecnología y acompañamiento profesional
La inteligencia artificial puede ayudar a recopilar datos y ofrecer pautas generales, pero no debe sustituir la orientación personalizada de un profesional. Los algoritmos pueden sugerir un menú, pero solo un nutricionista puede traducirlo en un cambio real y sostenible.
La clave está en usar la tecnología como apoyo, no como sustituto. El bienestar no se logra con una dieta genérica, sino con un plan adaptado a cada persona y revisado por un experto.
La visión de un experto nutricionista por encima de la Inteligencia Artificial
Tras años de experiencia, Oriol Cabanas insiste en la importancia de mantener un enfoque humano en la nutrición.
“Hemos visto pacientes llegar tras seguir dietas creadas por inteligencia artificial o dietas buscadas a través de internet, con carencias graves o con mucha frustración. La nutrición no puede automatizarse, porque cada cuerpo responde de forma diferente”, explica el especialista.
En su opinión, la tecnología puede aportar información y servir como apoyo, pero los resultados duraderos solo se consiguen con educación nutricional, seguimiento, acompañamiento constante y personalización. En Cabanas Nutrition apuestan por combinar innovación y trato personal para lograr una alimentación saludable y sostenible a largo plazo.
