(Foto: Wikipedia)
Neil Armstrong se convirtió el 20 de julio de 1969 en el primer ser humano en pisar la superficie lunar. Lo hizo tras viajar a bordo del Apolo 11 de la NASA junto a Buzz Aldrin. Ambos iban equipados de la misma manera y llevaban, también, dos relojes idénticos. Concretamente dos Omega Speedmaster con un valor incalculable del que lanzó una edición limitada hace unos años.
Curiosamente Armstrong no pisó la superficie lunar con el suyo, ya que tuvo que dejarlo en la nave al fallar el reloj del módulo lunar. Igualmente el reloj volvió a la Tierra y actualmente se conserva en el Museo Nacional del Aire y el Espacio de Washington.
Del ejemplar de Aldrin nada se sabe desde que fuera robado durante un traslado al museo Smithsonian.
Así que Neil Armstrong no pudo disfrutar mucho tiempo de su reloj Omega a su regreso a la Tierra. Sin embargo, meses después de la hazaña, durante una cena de gala celebrada en Houston el 25 de noviembre de 1969, alguien pensó que sería un buen detalle regalarle al astronauta un reloj similar al que llevó al espacio para que lo tuviera como recuerdo.
Fue un Omega Speedmaster Professional de la edición de “Tributo a los Astronautas“. La firma solo fabricó 26 ejemplares que se entregaron exclusivamente a los astronautas de la NASA que participaron en las misiones a la Luna.
El reloj, que ahora está en manos de un coleccionista privado, sale a subasta el próximo 17 de abril en RR Auction, con sede en Boston. El hijo del astronauta, Mark Armstrong, habría dado el permiso para su venta.
Se trata de un ejemplar elaborado en oro macizo, con el número 17 y dedicado a “Astronauta Neil A. Armstrong, Géminis 8 — Apolo 11”. También lleva la inscripción “Para conmemorar la conquista del espacio por parte del hombre con el tiempo, a través del tiempo, en el tiempo”.
Hace dos años y medio, esta misma casa de subastas vendió un ejemplar similar perteneciente al astronauta Wally Schirra por casi 2 millones de dólares. Dada la importancia de quien lo portaba, se espera que el ejemplar de Neil Armstrong supere ampliamente esa cantidad.
La mitad del precio de venta se donará a varias organizaciones benéficas elegidas por Mark Armstrong y el actual propietario. El hijo del astronauta ha confirmado que a su padre le encantaba usarlo “en ocasiones especiales” ya que “simboliza uno de los logros más notables de la historia de la humanidad”.
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