(Foto: Bang & Olufsen)
La música contemporánea vivió una explosión de creatividad y éxito a lo largo de los años 60 y 70 del pasado siglo. Míticas bandas como los Beatles, los Rolling Stones, Led Zeppelin, Pink Floyd o Queen, junto a solistas como Bob Dylan o David Bowie, marcaron para siempre el estilo de vida de millones de jóvenes. Se estima que al año se vendían durante esas décadas entre 200 y 300 millones de discos de vinilo, el principal formato musical de la época.
Un éxito que vino acompañado de un desarrollo tecnológico sin precedentes para escuchar en casa, con la mayor calidad posible, la mejor música rock, pop y disco del momento. Así nació la icónica línea de tocadiscos Beogram desarrollada por Bang & Olufsen (B&O).
La casa danesa desarrolló durante esos años tocadiscos que ofrecían la mejor calidad sonora, con diseños exteriores modernos y funcionales. Y la citada serie Beogram se convirtió en un referente a seguir en la época, por su sonido de alta fidelidad unido a una avanzada tecnología y una estética minimalista.
Uno de los modelos más influyentes fue el Beogram 4000, lanzado en 1972 y diseñado por Jacob Jensen. Un tocadiscos con un estilo futurista y un innovador brazo tangencial que reducía la distorsión al imitar la forma en que se graban los discos de vinilo.
Durante los años 80 y 90, la serie evolucionó con mejoras en la tecnología de reproducción, agregando sistemas de suspensión y cápsulas fonocaptoras de alta precisión.
En la actualidad, los tocadiscos Beogram de Bang & Olufsen son un objeto de culto en el mundo del diseño y el audio. Algunos modelos han sido expuestos en museos como el MoMA de Nueva York y su influencia sigue presente en los tocadiscos de otras marcas.
Con todo, la casa danesa lanzó en 2020 una edición restaurada del Beogram 4000c, modernizando el clásico tocadiscos para las nuevas generaciones. Ahora, como resultado de la colaboración a largo plazo con Saint Laurent, Bang & Olufsen acaba de presentar una nueva edición de coleccionista del Beogram. Anthony Vacarello ha dirigido el proyecto, que supone la quinta creación conjunta entre ambas marcas.
El resultado se ha materializado en 10 tocadiscos restaurados de la mítica serie 4000, que combinan a la perfección el legado, la maestría técnica y el diseño contemporáneo.
Cada pieza se presenta en una caja de madera maciza de ziricote. Se trata de una madera procedente de un árbol originario del sur de México, Guatemala y Belice. Su uso en mobiliario, artesanía e instrumentos musicales, como guitarras, es muy apreciado. Cada uno de los tocadiscos está numerado y posee detalles en aluminio con el logotipo grabado de ambas firmas. Su precio: 30.000 euros.
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