Foto Unsplash @Marcel Gross
La incertidumbre económica global, provocada por los diferentes anuncios arancelarios de Donald Trump, preocupan en el sector del vino. La tregua de 90 días que decretó este miércoles para la mayoría de sus socios comerciales supone un pequeño respiro, pese a que aún se mantiene una tasa del 10 % que comenzó a aplicarse el pasado sábado. No obstante, nadie sabe a ciencia cierta qué pasará en un futuro próximo.
Por ello, la Federación Española del Vino (FEV) pidió durante su asamblea general que no se use el vino en las guerras comerciales. Y a la vez, propone una mayor digitalización y la apertura de nuevos mercados para evitar una crisis en el sector.
El presidente de la FEV, Pedro Ferrer, ha llamado a las empresas a mantener, a pesar de todo, una actitud positiva ante el futuro. Y también a dotarse de nuevas herramientas que les permitan anticiparse, aprovechar las oportunidades y enfrentar mejor los grandes desafíos que el sector tiene por delante. Así, la digitalización se posiciona como una vía para mejorar la competitividad y eficiencia de las empresas.
De hecho, la jornada ha servido también para oficializar el lanzamiento de WINEXT. Se trata de una nueva plataforma a través de la cual, cualquier bodega española puede recibir orientación gratuita y experta de manos de la FEV y de empresas IT miembros del HUB.
Todo con el objetivo de ayudarles a digitalizar diferentes parcelas de su actividad en seis áreas diferentes. Estas van desde la viticultura a la elaboración pasando por la gestión de la empresa, la comercialización del vino o cuestiones relacionadas con la sostenibilidad y el medio ambiente.
El presidente de la FEV ha aprovechado también la cita para recordar que el sector del vino ha sido siempre un firme defensor de un comercio abierto y sin trabas, libre de aranceles. “No puede ser de otra manera, ya que casi la mitad de todo el vino que se produce en el mundo se consume en un país distinto al que se ha elaborado y, en particular en España, dos tercios de la producción de nuestro vino se destinan a la exportación”.
En concreto, en 2024 se exportaron a Estados Unidos 97 millones de litros por un valor de alrededor de 390 millones euros. Y la imposición de grandes aranceles perjudicarían especialmente a las pymes, que son el 99% de las bodegas españolas.
Estas tienen menor capacidad para diversificar sus exportaciones y dependen más de los principales mercados de exportación. Además de que tienen menor capacidad económica para afrontar situaciones complicadas.
Por ello, Ferrer ha señalado que abrir nuevos mercados es “de vital importancia” para el sector del vino. “Es muy importante que si perdemos mercado en Estados Unidos, se abran nuevos como Mercosur. Esta visita a China -en referencia a la realizada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez-, es muy importante, porque si hay un país en el mundo que pueda sustituir en consumo a Estados Unidos, ese puede ser China“, ha señalado.
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