Foto: Gtres.
Tras dos semanas esperándola, por fin Kate Middleton apareció en el estadio de Wimbledon. La princesa fue un año más la encargada de entregar el trofeo a los ganadores del torneo. Entre aplausos, ovaciones y piropos, Kate se convirtió en la protagonista de la jornada, con permiso de la princesa Charlotte. Y es que su hija pequeña acaparó todas las miradas con su elegante look blanco y sus accesorios.
Como ya es tradición, Kate Middleton ejerció de anfitriona en el último fin de semana del torneo de Wimbledon. Para la ocasión eligió un conjunto dos piezas en color marfil. La parte superior, una chaquetilla de manga corta y cuello cerrado, decorada con bolsillos solapa arriba y abajo, y ajustada a la cintura con un cinturón a juego. Y la inferior, una delicada falda plisada, larga por debajo de la rodilla.
Completó el look con unos salones destalonados en color nude de Gianvito Rossi. Y como bolso estrenó un modelo tipo cesta, de color blanco y diseño entrelazado de la diseñadora británica Anya Hindmarch, valorado en 1.075 euros.
También se dejó ver con gafas Ralph Lauren valoradas de 109 euros, y joyas Cartier. En concreto, con su ya icónico reloj Ballon Bleu, regalo del príncipe William, y los pendientes Trinity.
Aunque el sábado acudió sola al torneo, ayer domingo fue acompañada del príncipe William y los pequeños Charlotte y George. Los cuatro asistieron emocionados a la final masculina, pero Kate y Charlotte encandilaron al público con su elegancia y ternura.
En esta ocasión la princesa de Gales decidió dejar el blanco para su hija y dar a su look color con un vibrante vestido azul. Hablamos de un diseño con escote en V, manga corta, ceñido a la cintura y con falda de vuelo por debajo de la rodilla, que destaca por el detalle de lazo que tiene en el hombro izquierdo.
Completó el look con unos salones de color marrón, una llamativa pamela de LK Bennett, un collar XL de cadenas de oro de la firma Daniella Draper, valorado en 3.895 euros, y pendientes de aro de Cartier.
Sin embargo, el domingo Kate Middleton tuvo que compartir foco con la princesa Charlotte, que acaparó todas las miradas y se postuló como digna heredera de su madre.
La pequeña lució un romántico vestido blanco con volantes y ribetes en color negro, que combinó con unos zapatos estilo Mari Jane. Un look típico de una niña de 10 años, pero que supo combinar con gran acierto.
Y es que la princesa completó su look con dos pulseras, una trenzada de color blanco y otra de Pandora. En concreto, hablamos de una pulsera de plata de primera ley en la que llevaba colgados tres charms, uno con unas esmeralda, otro con forma de corazón, y un último en oro rosa inspirado en El Rey León y el personaje de Simba.
También se dejo ver luciendo gafas de sol y las uñas pintadas de color rosa. Este último un detalle ha llamado especialmente la atención, pues rara vez las royals se dejan ver con las uñas pintadas. De hecho, Kate Middleton casi nunca las lleva.
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