Foto: Gtres.
La realeza británica sacó toda su pompa ayer para la cena de gala en honor al presidente de Corea del Sur. Vestidos largos, tiaras y valiosas joyas fueron las grandes protagonistas de una noche marcada por un color: el blanco. Y es que el habitual duelo de estilo entre Camilla Parker Bowles y la princesa de Gales acabó convirtiéndose en una guerra a tres bandas. Pues Kate Middleton, Sophie de Wessex y la princesa Ana apostaron para por la pureza del blanco para sus estilismos.
Todos nos quedamos sorprendidos al ver desfilar a las royals, una detrás de otra, luciendo tres looks muy parecidos. La más elegante de todas fue Kate Middleton, que se decantó por lucir una versión del vestido blanco que llevó en su primera cena de gala como princesa de Gales.
Hablamos de un diseño de Jenny Packham con mangas de efecto capa por encima del codo, ajustado al cuerpo y con una pequeña cola. Su distinción radica en los bordados de flores en hilo dorado de los hombros y mangas.
Lo lució junto a unos larguísimos guantes de seda que ocultaban al completo sus brazos, y un clutch de estilo vintage, también en blanco, de Anya Hindmarch.
A pesar que de Kate Middleton optó por la discreción con su look, se llevó el triunfo de la guerra de estilo gracias a la tiara floral que rescató del joyero de Isabel II. Hablamos de la Strathmore Rose, una tiara que recibió la Reina Madre como regalo de bodas por parte de su padre, el conde de Strathmore, y que llevaba más de 90 años sin usarse.
Por su parte, Sophie de Wessex se alzó con el segundo puesto en la guerra de estilo al reciclar el vestido que lució en la coronación de Carlos III. Se trata de un diseño de Suzannah London, de manga larga y abullonada, cuello alto y largo hasta los pies, que se caracteriza por los detalles de flores bordadas que tiene en parte del pecho y cuello.
La esposa del príncipe Eduardo combinó el vestido con un clutch de Anya Hindmarch, muy parecido al de Kate Middleton, y unos elegantes salones de Emmy London. Como tiara se decantó por la de Aguamarina, una pieza que perteneció también a Isabel II.
Para terminar la guerra de estilo, la princesa Ana. La hija de Isabel II sorprendió rescatando para la ocasión el vestido que llevó en el retrato por su 70 aniversario. Hablamos de un diseño dos piezas compuesto por un vestido de escote corazón y falda de vuelo, y una torera de manga corta con detalles bordados en las solapas. Un diseño que firma la diseñadora Maureen Baker.
De acuerdo con el protocolo, la princesa Ana escogió una tiara de diamantes, que lució a conjunto con su collar y pendientes.
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