Ayer se celebró el Día Internacional de los Juguetes Eróticos, una efeméride que puede resultar llamativa pero encuentra su razón de ser tras conocer que el sector mueve al año 15.000 millones de dólares a nivel mundial según Forbes y que espera llegar en 2020 hasta los 50.000 millones. En el caso de nuestro país, se estima que esta industria factura cada año alrededor de 500 millones de euros, un dato nada desdeñable que recalcan desde la reconocida marca de juguetes eróticos, LELO.
Alberto Gooding, responsable de comunicación de la firma, explica que “hasta hace unos años eran las mujeres de entre 20 y 45 años las principales consumidoras de este tipo de productos, aumentando mucho la variedad de consumidores en los últimos años. Fomentar una sexualidad saludable también incluye aconsejar y ofrecer los productos que más se ajusten a las necesidades de cada cliente, ya que de esta forma serán capaces de experimentar las sensaciones que realmente están buscando”.
Así, aunque la tendencia es que estos juguetes cada vez son más populares, sí hay que tener ciertas cosas en cuenta antes de comprarlos.
El juguete de grandes dimensiones no siempre es más placentero ni mejor que otro de proporciones más reducidas. No olvidemos que el órgano sexual más poderoso es el cerebro, no sólo en referencia a la imaginación y la creatividad durante las relaciones sexuales, sino también a la hora de comprar el juguete erótico que más se adapte a las necesidades de cada uno.
En temas de salud en general y de sexualidad en particular, no se debe escatimar en el plano económico. LELO emplea en sus juguetes silicona de grado médico de alta calidad que destaca por su suavidad y por ser resistente a la acumulación de bacterias, al contrario que otros productos gelatinosos que pueden llegar a ser cancerígenos.
En muchas ocasiones los juguetes eróticos tienen más de un usuario, por lo que surge la duda de si existe algún riesgo para la salud. Aunque no es desaconsejable hacerlo, si esto sucede, y mucho más si se produce con más de una pareja, es imprescindible utilizar protección. Lo mismo ocurre cuando se utiliza un juguete erótico para estimular dos zonas erógenas (vagina y cavidad anal), ya que se produce un trasvase de bacterias que puede afectar a la salud.
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