Las Fake News siempre me han irritado, sobre todo cuando el origen no es otro que desprestigiar a alguien o desestabilizar a una comunidad. Con la vida online, las noticias falsas se han multiplicado y corren más que la pólvora. Porque la ganancia económica procede del número de clics y, cuanto más llamativo, espectacular y tendencioso sea el titular, más logra el objetivo.
Hemos popularizado, incluso aceptado en nuestra sociedad, las noticias falsas. Nos hemos inmunizado a ellas y hay quien sigue sacando rédito de ello, porque la legislación todavía es tibia y la justicia demasiado lenta y costosa para presentar denuncia en casos de ser uno de los perjudicados. Además del daño en la imagen, está comprobado que si el bulo cala, no se reconstruye.
En este estado de confinamiento, no sólo por el aburrimiento de algunos, sino por la intencionalidad anterior comentada: económica, social o política; las fake news han disparado y agravado, si cabe aún más, el estado de incertidumbre generalizado. No se combate al Covid-19 lavándote las manos con la orina de los niños, ni con los secadores de manos. La nieve o el frío no termina con el virus, ni el consumo de drogas, ni tampoco atiborrarse a dientes de ajo.
La OMS lleva desde que decretó el estado de pandemia mundial el pasado mes de marzo denunciando los numerosos bulos que circulan, no sólo por las redes, sino por nuestros grupos de WhatsApp. Esos que estos días echan fuego de la cantidad de vídeos de humor, de denuncia, de teorías de la conspiración y, también de bulos, que nos llegan. La OMS se ha visto forzada a abrir una cuenta en Tik Tok, la red más usada y de moda por los adolescentes, para combatir la infodemia y popularizar el hashtag #saludsinbulos.
@who These are 7 simple steps to protect yourself and others from ##COVID19. ##coronavirus
♬ original sound – who
Plataformas como Twitter, Facebook o Google han extremado las medidas para evitar que la desinformación crezca y detectar lo antes posible las informaciones fraudulentas, priorizando la eliminación de mensajes engañosos. WhatsApp ha limitado el número de envíos de los mensajes en grupos para frenar la viralidad de las fakes news, que ya han sido bautizadas como el otro gran contagio, porque tienen la mala virtud de expandir el pánico.
Es responsabilidad de cada uno cortar la cadena y borrar cualquier información sospechosa de ser bulo y, ni por simple gracia compartirla. La tercera curva del confinamiento es nuestra salud emocional, que se ve afectada durante y después del estado de alarma y, que debemos proteger, como nuestra otra salud.
Por eso es importante rebelarse a las informaciones falsas y preferiblemente buscar la distracción en hacer repostería en casa y no dar difusión a todo este tipo de informaciones, ya sean políticas, económicas o sociales. Sigamos comportándonos como comunidad para aislar la infodemia y dar relevancia a los profesionales, a los compañeros que, con mucho esfuerzo y sacrificio, están sacando adelante los medios de comunicación para mantenernos informados.
*Fotografía principal by Markus Winkler
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