Vinos submarinos, todo sobre los tesoros que evolucionan a metros de profundidad
Bodega Submarina del Mediterráneo afronta su expansión con el objetivo de abrir un hotel boutique y un restaurante gastronómico.
En el fondo marino, incluso a 20 o 30 metros de profundidad, el agua nunca está completamente quieta. Es un lugar donde conviven de forma equilibrada numerosas corrientes y microturbulencias. Un espacio donde los seres vivos encuentran acomodo y sustento y donde cualquier objeto inerte evoluciona.
Así, la curiosidad, quizá alguna botella de vino proveniente de un naufragio y la ciencia se unieron hace unos años para dar luz a uno de los proyectos vinícolas más sorprendentes de los últimos tiempos. Las bodegas submarinas.
Los vinos submarinos evolucionan con las microvibraciones submarinas
Estudios de la Universidad de Alicante, de la Universidad de Cádiz y algunos centros franceses, como Ifremer, acabaron documentando que las microvibraciones submarinas de baja amplitud (menores a 1 Hz) presentes a esas profundidades alteran la evolución polifenólica y aceleran ciertas reacciones de esterificación en un vino sumergido en el mar.
Convenientemente sellado, lacrado y asentado a una profundidad determinada, el pequeño movimiento constante y multidireccional que recibe una botella afecta a la maduración del vino que contiene en su interior. Unido a la presión hidrostática y al aislamiento térmico, el vino cambia porque el entorno submarino modifica su equilibrio químico y físico.
Sin luz no hay oxidación fotoquímica y también a una temperatura constante, entre los 14 °C y los 18 °C, no hay choques térmicos. A una presión de unas tres atmósferas se reduce la volatilización de ciertos compuestos aromáticos.
Bodega Submarina del Mediterráneo sumerge sus botellas en Alicante
La vibración, sumada a estos factores, da lugar a una maduración del vino distinta, no solo más rápida. Los vinos submarinos suelen ser más redondos, con taninos dulces y aromas más integrados, aunque mantienen una sorprendente frescura.
Sobre esta base, en los últimos años han crecido proyectos comerciales como Bodega Submarina del Mediterráneo, en Alicante y otras como Crusoe Treasure o MiraMe. La primera tiene sus instalaciones submarinas frente al Cabo de las Huertas, aproximadamente a 1,5 millas de la bahía de Alicante. Un lugar especial por las corrientes, como nos cuentan desde la propia bodega.
Esta empresa española sumerge sus vinos a 24 metros de profundidad donde hay una temperatura constante de entre 15 y 19°C todo el año. Los vinos se ubican en unos silos de maduración desarrollados y patentados por Bodega Submarina que potencian la energía cinética que las corrientes de agua ejercen sobre el vino.
Un catálogo de vinos submarinos reconocido por su calidad
La bodega trabaja con vinos blancos, tintos y espumosos que obtiene de viñedos propios en diferentes ubicaciones de España. Así nació The Sea Wine Club, su primera colección de vinos submarinos. En ella nos encontramos con un Ribera del Duero elaborado con uva tempranillo procedente de Quintanilla de Arriba; un Rioja y un albariño de las Rías Baixas.
También un godello de cepas centenarias ecológicas vendimiado a mano; un cava brut reserva procedente de dos viñedos del Penedés; un cava rosé y hasta un malvasía volcánico de Tenerife.
En 2024 sus vinos fueron galardonados en los premios Decanter, uno de los certámenes más influyentes de Europa. Su Cava (CV01) fue distinguido como el mejor cava non vintage y su Ribera del Duero (W01) obtuvo la tercera posición en su categoría, además de ser nombrado mejor vino de guarda de España.
La bodega quiere abrir un hotel boutique y un restaurante
Unos vinos que forman parte de la carta de once restaurantes incluidos en la lista World’s 50 Best. Recientemente en Madrid el restaurante Bestial by Rosi la Loca ha creado un menú de cinco pases llamado Sinfonía Marina maridado con cuatro de sus mejores vinos.
Toda una experiencia culinaria para conocer la bodega que además se encuentra en pleno proceso de expansión internacional. Desde el pasado julio hay en marcha una ronda de inversión cuyo objetivo asciende a los 4,5 millones de euros.
Parte de estos fondos estarán destinados a impulsar sus nuevas líneas de vinos de alta gama y a la creación de una bodega física que ofrecerá experiencias enológicas singulares.
Un proyecto que incluye la rehabilitación de una finca histórica del siglo XVIII que se convertirá en la sede física de la compañía y en un nuevo referente enoturístico de alta gama.
El espacio albergará un hotel boutique y un restaurante gastronómico con menús degustación. Ofrecerá experiencias enológicas inmersivas. Desde visitar las jaulas donde reposan los vinos submarinos, hasta participar en catas y maridajes exclusivos en un entorno que combina lujo, tradición e innovación.
La ronda de inversión ya cuenta con más del 60 % del capital comprometido, con participación confirmada de inversores procedentes de Toronto, California, México, Bahamas, Holanda, Suiza y Brasil. La compañía prevé cerrar la operación antes de finales de noviembre.
