Los secretos de uno de los campus más famosos del mundo que también fue central lechera

El estudio de arquitectura japonés SANAA ha ejecutado un magnífico complejo universitario abierto al resto de la ciudad de Milán, uno de los más bellos de Italia.

(Foto: Marco de Bigontina)

Las universidades son centros de conocimiento, su creación habla de sociedades con ambiciones de crecer, de mejorar, de enseñar, al tiempo que se experimenta, para alcanzar los máximos objetivos posibles en las distintas materias objeto. Estos centros se han vuelto indispensables en el mundo entero, lo que justifica la inversión en su crecimiento y mejora, máxime cuando se ubican en centros de ciudades tan importantes como Milán.

Esta semana viajamos hasta la metrópoli italiana para descubrir la transformación de un espacio antes dedicado a la producción lechera. Ahora es un increíble espacio de cultura e innovación, gracias, por supuesto, a la arquitectura.

En este caso de manos del estudio oriundo de Japón, SANAA, flamantes portadores de un premio Pritzker (ahí queda eso).

Campus Bocconi (Foto: Philippe Ruault)
(Foto: Philippe Ruault)

El nuevo campus de la Universidad Bocconi posee seis edificios bien diferenciados

La construcción se trata del nuevo Campus Urbano de la Universidad Bocconi, muy cercano al centro de la ciudad. Configurado con varios edificios, estos comprenden los usos de enseñanza y administración, residencias para los estudiantes y personal y un centro de recreación.

Y circundándolos tiene un parque abierto no solo al personal universitario, también al resto de la ciudad (como debe ser). Ah, y también tienen piscina.

El nuevo campus posee seis edificios bien diferenciados que se dividen, obviamente, por sus distintos usos. No obstante, los edificios de enseñanza y administración se comunican en puntos estratégicos para que la comunicación entre alumnos y profesores, y las distintas salas sea más cómodo y práctico.

Visto desde el aire (véase Google Earth) se puede disfrutar de la magia de la arquitectura contemporánea: las formas onduladas juegan con el entorno.

Campus Bocconi (Foto: Philippe Ruault)
(Foto: Philippe Ruault)

El cristal está presente en numerosas construcciones

Estas curiosas formas de los edificios permiten que cada uno sea único al mismo tiempo que se comunica visualmente con el resto. Al tener la misma piel exterior, una tupida malla metálica ondulada, taladrada para facilitar el paso de la luz, impidiendo el exceso de calor. Por supuesto, combinado con un acristalamiento total de los cerramientos (of course, el cristal es el verdadero héroe de la historia de la arquitectura).

Pero esto no queda aquí. La idea de los arquitectos es la visualización de la fluidez. A esto ayudan los enormes patios interiores, con abundantes zonas verdes y también los balcones al exterior en su perímetro, una escapada por día (cosas mías).

Aunque no es necesario querer escapar, las zonas intermedias están preparadas para generar ambientes amigables, dignos de poder socializar o estudiar, ya sea en grupo o de forma individual.

Campus Bocconi (Foto: Philippe Ruault)
(Foto: Philippe Ruault)

Las zonas intermedias generan ambientes amigables

La fluidez se genera gracias a la ausencia de columnas, siendo que los espacios se convierten en distintas zonas gracias a los cambios de rasante o a las paredes divisorias. El coste estimado de la obra alcanzó los 130 millones de euros.

Y con ellos se ejecutó al detalle el proyecto de SANAA, centrado en la sostenibilidad medioambiental y el ahorro energético. Prueba de ello es que todos los edificios están cubiertos por paneles de generación de energía solar.

Otra prueba ha sido la utilización de agua subterránea para la calefacción y refrigeración de los edificios. Además de la reutilización del agua de lluvia para las zonas ajardinadas (todo un clásico, por otro lado).

Leído esto, seguro que no os extraña que hayan logrado la certificación LEED Platino. Por su eficiencia en la protección del medio ambiente para el futuro y, sobre todo, por enseñar a sus estudiantes que se puede hacer.

Campus Bocconi (Foto: Philippe Ruault)
(Foto: Philippe Ruault)

La piscina olímpica de la Universidad Bocconi

Otro hito del campus es poseer la primera piscina olímpica de la ciudad a nivel de suelo. No me preguntéis por qué no había pasado antes… en fin. El mismo edificio, que posee tres plantas, acoge zonas para otros deportes, como el baloncesto y el voleibol, además de un gimnasio y una pista de atletismo cubierta.

Por supuesto, el elemento estrella del complejo, además del diseño, es la malla ondulada exterior. Esta no nace del suelo, sino a los 2,44 metros de él, permitiendo que la planta baja sea totalmente visible, gracias a la carpintería de cristal de piso a techo. Esta malla se plegó según la ubicación en la que estuviera, así que se tuvieron que generar ocho distintos tipos de pliegues.

Estos pliegues le dan rigidez al elemento, una función no desdeñable por la ubicación del material, a merced de los agentes meteorológicos. El campus se ha convertido en una atracción para los visitantes, en un espacio idílico para los estudiantes y en un referente arquitectónico en Milán y en parte del Orbe. Obviamente, vale la pena pasar por allí a disfrutar del espectáculo.

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