Lujo consciente, alta gastronomía y el increíble azul de Maldivas: claves para elegir Varu by Atmosphere en cualquier momento del año
Este exclusivo resort reúne todas las instantáneas mentales que tengas antes de visitar Maldivas. Un lugar para reconectar, disfrutar y exprimir al máximo un destino de ensueño
Estoy segura de que no hay hotel en Maldivas que no cumpla con las expectativas de quien viaja hasta allí. Pero, obviamente, hay hoteles y hoteles. Y Varu by Atmosphere entra dentro de la categoría de los que sacuden tus sentidos para siempre.
Porque la paz que proporcionan su entorno y el lujo de sus instalaciones elevan al máximo la experiencia de disfrutar de un destino ya de por sí maravilloso. Digamos que pasar unos días allí es la mezcla perfecta entre disfrutar de la soledad de una isla privada y tener la atención y las prestaciones de un hotel de cinco estrellas.
Un mix ganador con ingredientes de sobra para conquistar tanto a turistas con ganas de relax como a viajeros inquietos. Veamos por qué.
Un lugar que rinde homenaje a la naturaleza
Varu by Atmosphere ocupa una de las más de 350 pequeñas islas habitadas que componen el archipiélago de las Maldivas. Su concepto responde al del lujo silencioso que busca agasajar al huésped sin llamar la atención y exprimiendo al máximo los atractivos del entorno.
De esta forma, los caminos de arena por donde circulan los sigilosos buggies están cubiertos de vegetación. Y todos los espacios comunes, además de las villas, se integran perfectamente en un ambiente relajado en el que la naturaleza y el azul puro del océano son los verdaderos protagonistas.
A él – al océano- miran los grandes ventanales de las 108 villas del complejo (69 sobre el agua y 39 con acceso privado a la playa). Sobre él se ubican las plataformas de madera que llevan a varios restaurantes y al spa… Y a él vuelve irremediablemente la mirada del huésped esté donde esté.
A diferencia de lo que sucede en otros hoteles, es fácil encontrar desiertas las playas que rodean la pequeña isla de Madivaru donde se ubica el hotel. Porque… ¿quién necesita una playa cuando tiene una piscina infinita y salida directa al mar en su propia habitación?
Lujosas villas privadas sobre el océano
Hablamos de amplísimas villas o casitas construidas en línea recta sobre el océano cuyos colores también evocan a la naturaleza maldiva y rinden homenaje al mar.
En su interior hay textiles claros como la arena de las playas, maderas oscuras como los troncos de las palmeras, detalles turquesa como el azul del mar y baños de mármol que captan la luminosidad.
Todo está pensado para abandonarse a los placeres del relax y cuestionarte, como mucho, cuántos tonos de azul es capaz de reconocer tu retina mientras te mece en la terraza el rumor del mar.
Por supuesto, el resort también tiene villas con acceso directo a la playa. Y sobre todas ellas se encuentra la imponente Suite Majlis inspirada en una casa tradicional maldiva.
Con piscina en el patio, dos dormitorios principales, uno más para niños y otro para la nany, comedor, estudio y tramo privado de playa. Por si alguien quiere ir con su familia a vivir Maldivas (y puede pagar los 20.000 dólares semanales que cuesta el alojamiento).
Explorar el fondo marino cerca o lejos del resort
Si hablamos de ocio, no hay lugar para el aburrimiento en este exclusivo y distinguido resort. Su centro de buceo gestiona inmersiones guiadas así como excursiones que también forman parte del asueto de los autóctonos. Como la pesca con sedal o el esnórquel junto a las imponentes paredes de los arrecifes cercanos.
Aunque por supuesto, no hace falta irse lejos para ver de cerca la generosa y variada vida marina de Maldivas.
Basta ponerse las gafas y tener algo de suerte para cruzarse con tiburones de puntas negras, mantarrayas, peces de colores e incluso tortugas en las aguas que rodean el resort o asoman bajo tu ventana.
El único spa con casitas sobre el mar
Porque sí, otra vez decimos que es imposible darle la espalda al increíble océano que lo envuelve todo. Sobre él, por ejemplo, se ubica el coqueto spa Ele·na (Elements of Nature). Es el único con seis cabinas dobles sobre el mar cuyos nombres llevan el nombre de diferentes corales de Maldivas.
Allí, las terapeutas de Filipinas, Bali o Tailandia ofrecen tratamientos con productos de cosmética sostenible y aceites Home Made que también son un homenaje al país.
El plus de la experiencia llega cuando, tumbado en la camilla, puedes ver nadar a los peces de colores que habitan el fondo marino gracias a la ventana de cristal del suelo.
La excelente gastronomía de Varu by Atmosphere
Omakase con vistas
Las vistas son también los protagonistas de varios conceptos gastronómicos del hotel. Como el recién inaugurado Teppanyaki Over Water, un coqueto restaurante ubicado en un cubículo de cristal transparente sobre el mar y junto a la playa.
Allí, un chef cocina en el momento delicias japonesas como sushi, marisco fresco o wagyu A5 con precisión y un toque de espectacularidad. Para un máximo de 6 comensales.
Una sala de catas sobre el océano
Otro de los restaurantes que rinde homenaje al mar es NÜ (azul en maldivo). Un lugar elegante ubicado en una plataforma de madera sobre el mar al que acuden tiburones con regularidad.
El fuerte allí es la comida mediterránea así como su exclusiva sala de catas sobre el mar. En ella los comensales (no más de 14) pueden departir y cenar sobre su impresionante mesa de madera indonesia en un entorno único.
Además, claro, de maridar desde Moët & Chandon o Dom Pérignon hasta vinos de bodegas familiares de Tenerife, Galicia, Francia o Sudáfrica.
El restaurante más tradicional de Maldivas
Mención aparte merece KAAGÉ. Es un restaurante inspirado en una casa tradicional maldiva donde los viajeros más inquietos pueden satisfacer la curiosidad de conocer de cerca la historia del país.
De hecho allí puedes cocinar junto al chef Mohamed Niyaz, vestir las ropas autóctonas y degustar auténtica (y picante) comida maldiva.
Gastronomía en la playa
Además, Varu by Atmosphere cuenta con el restaurante principal llamado Lime & Chilli. Rodeado de exuberante naturaleza, el lugar ofrece un pantagruélico desayuno tipo bufet con especialidades preparadas en el momento y énfasis en los productos y las recetas patrias.
Quienes lo deseen también pueden cenar sobre la arena en Charcoal, con delicias internacionales hechas a la brasa. O terminar el día tomando un cóctel en Bay Rouge donde también hay íntimas actuaciones de música en directo.
Por todo lo anterior, podemos decir sin miedo a equivocarnos que este resort no tiene “peros”. Su concepto de descanso basado en la naturaleza, su extraordinaria gastronomía y su amabilísimo staff completan una experiencia 360º rodeado de un inolvidable mar.
