Destinos

La naturaleza casi siempre supera nuestra inventiva e imaginación y nos sorprende con lugares o animales que pensábamos que sólo existían en nuestra cabeza. Las playas de arena dorada, blanca o incluso negra están en la mente de todos cuando pensamos en unas vacaciones de verano lejos de las preocupaciones del día a día. Pero a esta idea convencional de playa, la naturaleza, que siempre va más allá, añade a veces nuevos colores que no esperábamos. Es el caso de esta curiosa playa de arena verde que, aunque pueda parecer de otro planeta, es una realidad. Se trata de la playa de Papakolea o Green Sand Beach en las Islas Hawái. En la costa sur de la isla principal del archipiélago se encuentra este arenal único que atrae a los turistas y visitantes más curiosos a pesar de no ser de los más accesibles. En realidad, sólo se puede llegar a él caminando unos 5 km por un paisaje volcánico en el que a menudo se sufren las inclemencias del viento y el sol. Habrá que ir preparado, por tanto, si nos atrevemos a visitarlo. La playa de Papakolea tiene difíciles accesos Es una playa salvaje que no cuenta con ningún tipo de acondicionamiento ni comodidad añadida, pero dicen que el esfuerzo necesario para llegar hasta ella queda compensado con creces al contemplar el color único de su arena. Este llamativo tono se debe a que la mayoría de sus granos de arena proceden de la disgregación del olivino, un mineral de un atractivo color verde que forma parte de las rocas magmáticas de la isla. De hecho, las variedades más transparentes de este mineral son usadas en joyería como gemas y piedras preciosas. Papakolea es uno de esos destinos que se escapan de lo habitual y que, aunque por su particularidad se convierten en lugares famosos, siguen conservando su identidad y su naturaleza intacta. Una joya a conservar como las que se confeccionan con el mismo material que luce en su arena salvaje.