¿Cómo tratar con los tímidos?

Para hacerlos sentir bien, no los agobies y acepta su forma de ser.

Patricia Peyró. 01/04/2025
Foto: Unsplash

En un mundo donde la extroversión es altamente valorada como una soft skill clave para el éxito, sin duda los tímidos juegan con desventaja. Sin embargo, la timidez no es patrimonio de pocos, sino que es un rasgo más común de lo que parece. Lo que sucede es que los tímidos aprenden a lidiar con ella. Con la edad, se van haciendo hueco allá donde encajan, que es precisamente donde no se espera de ellos grandes alardes ni histrionismos sociales. ¿Cómo tratar con los tímidos? Hacerlos sentir bien pasará por comprenderlos y aceptarlos tal y como son.

A nadie le sorprende pensar en un programador freelance con pocas habilidades sociales que trabaja desde casa sin apenas relacionarse, ni siquiera con sus propios clientes. Tampoco llama la atención pensar en artistas y escritores taciturnos y retraídos. De ellos se espera incluso una cierta dosis de sufrimiento que quedará reflejado en su obra. Pero no todo es arte en esta vida, y Van Goghs y Virginia Woolfs hay muy pocos. 

La mayoría de los mortales tienen vidas y trabajos menos interesantes que rallan la medianía, por no decir la mediocridad. Pero no por ello están exentos de dificultades relacionadas con la presión social, como puede ser la timidez, esa gran 2tara” humana que a veces se percibe injustamente. Porque, ¿la timidez es realmente un problema de la persona que lo padece o es un producto injusto de la presión social?

Qué implica ser tímido

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Foto: Joshua Tsu Unsplash.

Quizá no todos estén de acuerdo, pero la timidez podría decirse que es un rasgo de personalidad.  Y, como tal, tiene grados de intensidad. En lo que sí habrá consenso es en describirla como un atributo caracterizado por la inhibición social y la ansiedad que aparecen ante situaciones nuevas y con gente desconocida. Aunque no sea un trastorno, en grados altos sí representa una desventaja en un mundo donde se premia la sociabilidad y, por el contrario, se castiga el apocamiento.

En general, el ser tímido no es un defecto ni una tara psicológica. Se trata, simplemente, de una forma distinta de procesar la confianza social. Desde la psicología, el origen de la timidez se relaciona con el miedo al rechazo, y este, con un exceso de contemplación y juicio hacia uno mismo.

Este juicio será generalmente sesgado, y resultará en una autoevaluación negativa por la que uno se dará autoinstrucciones minadas por la inseguridad, derivando en una mala ejecución. Esto aumentará la ansiedad, entrándose en un bucle infinito por el que se retroalimentan la timidez y el malestar.

Miedos y ansiedades de los tímidos

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En grupo, los tímidos tienen ansiedad de evaluación y miedo al ridículo (Foto: Freepik)

Al margen del grado de interferencia que pueda tener la timidez, siempre tiene como resultado sentimientos desagradables para la persona que la padece. Así, los miedos que presentan los tímidos están relacionados con la interacción social:

  • Temor a la crítica
  • Miedo a ser ignorados
  • Pánico a hacer el ridículo

Fobia social y timidez

Si es o no un problema, vendrá determinado por el grado de intensidad de la timidez y el modo en que le obstaculice a la persona en su vida diaria: en lo personal, en lo académico o en lo personal. Sólo cuando la timidez alcanza cotas muy altas y se comienza a producir la evitación de situaciones grupales o de personas, entonces hablaríamos de fobia social. Esta fobia se trata de un trastorno de ansiedad identificado y bien conocido en el ámbito clínico.

La diferencia entre el fóbico social y el tímido es que el primero siente un miedo paralizante que lo incapacita, mientras que el tímido normalmente logra superar su dificultad social.  Simplemente, necesita más tiempo para adaptarse a nuevas relaciones.

La fobia social es una de las patologías que, lamentablemente, se observan a menudo entre adolescentes. En estas edades, el componente de aceptación social cobra una especial importancia en la medida en que el niño está en un punto de transición hacia la edad adulta, pero sin tener madurez. Es el momento, por tanto, de ir conformando su propia identidad al margen de los padres, para lo cual el adolescente necesita identificarse dentro de un grupo de su misma edad.

Cuando los mecanismos de integración social fallan en esta etapa, lamentablemente, también hay un riesgo de consumo de sustancias como el alcohol, para adquirir la “valentía” social que no tienen sin esta desinhibición.

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El introvertido elige estar solo o con poca gente, mientras que el tímido quiere estar con gente, pero tiene dificultad y miedo (Foto: Unsplash)

No es lo mismo ser tímido que ser introvertido

Muchas veces las palabras tímido e introvertido se utilizan como sinónimos, pero no son lo mismo. Los introvertidos son aquellos que buscan la soledad porque disfrutan de ella, asistiendo por gusto únicamente a reuniones de grupos pequeños, que tienen lugar en petit comité y durante un tiempo limitado. Sin embargo, los tímidos no disfrutan de la soledad, sino que tienen dificultad para integrarse.  De hecho, suelen desear esas interacciones sociales, pero no saben cómo gestionarlas.

Cómo ayudar a un amigo tímido

Para ayudar a un amigo tímido a integrarse, lo más importante es ofrecerle espacios seguros para él. Y serán seguros cuando no se sienta presionado. Por ello, lo mejor será incluirlo en planes sociales de manera natural, sin generar situaciones forzadas y sin convertirlo en el centro de atención. También será útil aceptar y comprender lo que está sintiendo, reconociendo sus esfuerzos por vencer esa dificultad social y salir de su zona de confort.

Lo que nunca debemos hacer con un tímido es recalcar su timidez, especialmente en público, esto sólo aumentará su autoconciencia y malestar. Comentarios como: “Estás muy callado” o “deberías hablar más” no sólo no ayudan, sino que refuerzan su inseguridad. Todos tenemos ese amigo o familiar tímido que aporta muy poco a la conversación, pero del que notamos que llega a encontrarse a gusto en el grupo. La clave para que así sea es no agobiarlo. Resumiendo: dejarlo en paz.

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Si quieres ayudar a un amigo tímido, acéptalo tal y como es y ofrecerle entornos sociales en los que no se sienta presionado (Foto: Unsplash)

Manejando a los niños tímidos

Algunos niños al principio son muy tímidos, pero después se sueltan y es sólo una cuestión de tiempo. Por eso es importante, al igual que con los adultos, fomentar su seguridad sin forzar las cosas y sin obligarlos a nada, permitiendo que la situación fluya poco a poco.

Si notamos que nuestro hijo se encuentra retraído ante situaciones sociales desconocidas, ayudará el presentarles los nuevos entornos de forma gradual, dejándolos observar antes de participar. Por supuesto, tanto padres como educadores o personas que traten con niños, tendrán que validar sus emociones sobre esta inseguridad inicial. Las actividades estructuradas, como los juegos en grupo con normas claras también podrán ayudarles a integrarse de forma natural.

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