Foto: Unsplash @danielkorpai
Dentro de cualquier dispositivo electrónico se encuentra el motor que mueve aquello que vemos. Bien sea la pantalla, un vídeo, música o cualquier tipo de aplicación. Móviles, tabletas, ordenadores o portátiles también cuentan con ese motor en su interior, el nombre real es procesador, y es la clave en los avances que sufren las nuevas generaciones de terminales. La capacidad de leer y administrar los datos a una velocidad inimaginable hace que casi cualquier teléfono de nuestros días sea capaz de humillar en prestaciones a todo un ordenador de hace unos años. La evolución es continua y vital para conseguir hacer tareas mucho más complejas y potentes en un menor espacio de tiempo.
Intel es el gran fabricante de procesadores, de chips. Su hegemonía era casi incuestionable, hasta que hace unos días otro tótem de la tecnología, Apple, ha presentado nuevos ordenadores con procesadores propios. Algo está cambiando. La compañía californiana ha dado un golpe en la mesa con esta decisión y ha presentado tres ordenadores que portan el M1. Las primeras pruebas comparando su potencia con la generación anterior dejan resultados más que sorprendentes. Apple ya fabricaba sus propios chips para iPhone y iPad, ahora ha llegado el turno de los Mac. Potencia, alto rendimiento y bajo consumo junto a la GPU, es decir, la tarjeta gráfica también está integrada en el M1.
Los primeros modelos en contar con esta gran novedad son el MacBook Air, el Mac mini y el MacBook Pro de 13 pulgadas. El modelo Air triplica la potencia de su predecesor y puede llegar a lograr una autonomía de su batería de hasta 18 horas. Parte desde un precio de 1.129 euros. Si necesitas movilidad, ligereza, autonomía y potencia es un ordenador casi imbatible. El modelo Mini también triplica su potencia y llega a ser seis veces más rápido en cualquier asunto relacionado con la tarjeta gráfica. El modelo básico comienza en 1.029 euros. Por último el MacBook Pro de 13 pulgadas consigue 20 horas de autonomía reproduciendo vídeo. Posee una CPU de 8 núcleos. Aplicaciones como Final Cut Pro, Photoshop o Lightroom son las grandes beneficiadas de ese procesador musculoso. La potencia es la gran protagonista. Su precio de partida 1.449 euros.
Solo nos queda saber si Apple prepara un M1 más vitaminado para los modelos más poderosos de la compañía, los MacBook Pro de 16 pulgadas o los Mac Pro. O tal vez esos modelos para entornos profesionales mucho más exigentes cuenten con el chip M2. El año que viene veremos como Apple plantea esos modelos y como deja atrás a Intel, su compañero de viaje hasta el momento. Al usuario debería darle igual el procesador que hay dentro de su ordenador, lo único que quiere es que las cosas funcionen y funcionen con soltura cuando se necesita. Como siempre y gracias a estas rivalidades, y carreras por mejorar los productos, el gran beneficiado será el consumidor final.
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