En circunstancias normales (nos tenía demasiado acostumbrados) el pasado fin de semana Rafa Nadal debería haber sido protagonista por estar disputando una nueva final en su torneo favorito. Con Roland Garros suspendido y recuperando cierta normalidad tras los momentos más duros de la pandemia del Covid-19, los planes del tenista se han visto alterados. Casi como regalo de cumpleaños (34 cumplía el pasado 3 de junio), Rafa Nadal cumplía uno de sus sueños: navegar por las aguas de su Mallorca natal con un espectacular y flamante barco.
Y también como nos tiene acostumbrados, cumplir este sueño tampoco ha sido un derroche ni un exceso. A pesar de que el barco llama la atención por su tamaño y belleza, se trata de una embarcación más bien de rango medio. Sólo el fabricante del mismo posee en su catálogo buques que cuestan varias decenas de millones de euros más. El nuevo catamarán de Rafa Nadal ronda los 5 millones y medio de euros.
Francis Lapp está detrás de Sunreef Yachts, la firma que ha desarrollado la embarcación. Un ingeniero francés apasionado del mundo de los rallyes que desarrolló en el mar su pasión por la velocidad. En Polonia descubrió el mundo de los catamaranes y allí estableció la base de un negocio que oficialmente nació en 2002. El modelo adquirido por el tenista ha recibido numerosos premios por su innovación y diseño desde que fuera lanzado al mercado el año pasado.
El Sunreef 80 (bautizado por Rafa Nadal como Great White) es un yate multicasco especialmente diseñado para realizar travesías largas por alta mar. El barco es un auténtico bólido. El cliente lo puede encargar en algunas de las dos motorizaciones disponibles. La más deportiva instala dos motores de 1.200 caballos. Unos 16.000 litros de combustible se necesitan para llenar sendos depósitos en el surtidor.
En su diseño interior, que se puede personalizar al límite, el fabricante destaca la suite principal, que se puede configurar en la sección de proa de la cubierta principal. Una estancia que dispone de una cama doble frente a la terraza de proa, baño con ducha a ras de suelo, vestidor y escritorio. Una suite muy luminosa gracias al acristalamiento del tragaluz. El mismo espacio también se puede utilizar para instalar un gran salón con amplios asientos y acceso a la cubierta.
La embarcación dispone también de salón principal, que se abre de par en par en la amplia cabina de popa donde hay un comedor interior. También diferentes áreas de relajación al aire libre con múltiples asientos junto a un pequeño bar. El salón alberga también una estación de navegación interior elevada.
Para una mayor privacidad a bordo, la tripulación del barco accede directamente desde la cabina de popa a sus cuartos, a la cocina del barco y a las zonas de mantenimiento del mismo. En el catamarán pueden viajar cómodamente hasta 12 personas y a ambos lados del casco se pueden instalar cinco o seis habitaciones equipadas con sus propios baños y todo tipo de espacios.
La pasión de Nadal por el mar le viene de nacimiento. El año pasado por estas fechas el tenista puso a la venta su anterior embarcación. Se trataba de Bethoven, un yate que comparado con el actual parece bastante más modesto, pero que también tenía un estilo premium elevado. Fara Nadal se lo encargó en 2016 a Monte Carlo Yatchts y lo puso a la venta el año pasado a un precio de unos 2,6 millones de euros.
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