El talento invisible: ¿Por qué España ignora a los niños con altas capacidades?
En un mundo donde la innovación y el conocimiento marcan la diferencia, apostar por el talento es apostar por el futuro de España.
Cada año, miles de niños con altas capacidades en España pasan desapercibidos en el sistema educativo. ¿El resultado? Una generación de talento desperdiciado, problemas de salud mental y fuga de cerebros a otros países. Mientras Francia, Reino Unido y Alemania han hecho del desarrollo del talento una prioridad nacional, España sigue sin una estrategia clara. ¿Cuánto nos cuesta esta falta de atención?
Los niños con altas capacidades en cifras
Se estima que alrededor del 10% de la población española tiene altas capacidades, pero menos del 1% está identificado oficialmente en las escuelas. En países como Francia o Alemania, el porcentaje de identificación supera el 5%, permitiendo intervenciones educativas más eficaces.
Según un informe de Indifferent Minds, la falta de atención a las altas capacidades representa una pérdida de hasta un 2,5% del PIB debido a la fuga de talento y la baja productividad derivada de la desmotivación escolar.
“Todavía existe la creencia errónea de que los niños con altas capacidades no necesitan apoyo porque ‘ya se las arreglan solos’. Nada más lejos de la realidad. La falta de estimulación adecuada puede generar ansiedad, depresión y problemas de salud mental en estos niños. No es un privilegio, es una necesidad educativa y sanitaria prestarles la debida atención”, asegura Jana Martínez-Piqueras, presidenta de Indifferent Minds.
Esta visión es compartida por la profesora Carol Dweck, de la Universidad de Stanford, quien ha investigado cómo la falta de desafíos en la educación puede afectar negativamente la motivación y el desarrollo cognitivo de los estudiantes con altas capacidades.
España vs el mundo: ¿Cómo gestionan otros países el talento?
Francia implementó en 2002 un plan de detección temprana de altas capacidades dentro de su sistema de salud pública. Equipos de médicos, psicólogos clínicos y pedagogos trabajan conjuntamente con los colegios para asegurar un desarrollo adecuado.
En Reino Unido el sistema de educación permite la aceleración de cursos y el acceso a programas especiales dentro de colegios públicos. Además, el National Health Service (NHS) reconoce la importancia de evaluar la salud mental de estos niños desde una perspectiva clínica.
Por su parte, Alemania invirtió 1.200 millones de euros en programas para potenciar el talento en jóvenes, entendiendo que la innovación y la tecnología dependen de una fuerza intelectual bien formada desde la infancia.
También Corea del Sur ha diseñado un programa gubernamental donde los niños con altas capacidades reciben formación especializada en universidades desde los 12 años.
En contraste, España sigue sin un plan nacional claro, y cada comunidad autónoma tiene criterios distintos para identificar y atender a estos alumnos, lo que agrava la desigualdad educativa.
¿Qué está fallando en España?
1. Falta de detección temprana. La mayoría de los niños con altas capacidades no son identificados antes de los 10 años, cuando ya han desarrollado problemas de autoestima y desmotivación escolar.
2. Sistema educativo rígido. No existen planes de aceleración ni estrategias adaptadas en la mayoría de los colegios, lo que lleva a que estos niños se aburran y desconecten.
3. Fuga de talento. Sin oportunidades adecuadas, los jóvenes con altas capacidades terminan emigrando a otros países donde su talento es valorado.
4. Impacto en la economía. Países que invierten en el desarrollo de talento tienen un crecimiento económico superior. España, en cambio, pierde competitividad en innovación y desarrollo.
Soluciones posibles: ¿Cómo puede España revertir esta situación?
- Unificar criterios a nivel nacional. Actualmente, cada comunidad autónoma tiene sus propias normativas, lo que crea desigualdad en la identificación y atención de estos niños.
- Incluir a Sanidad y Educación en la detección y seguimiento. Las altas capacidades no son solo un tema educativo, sino también de salud mental y bienestar. Médicos, psicólogos clínicos y pedagogos deberían intervenir conjuntamente.
- Inversión en programas de educación diferenciada. Siguiendo modelos como el británico o el francés, España debería garantizar oportunidades para desarrollar el talento en todas las etapas educativas.
- Concienciación social y formación docente. La sociedad aún percibe las altas capacidades como un “privilegio” en lugar de una necesidad. Es fundamental capacitar a los profesores para atender correctamente a estos alumnos.
“España no puede ignorar a los niños con altas capacidades”
El desarrollo del talento no solo es una cuestión de equidad educativa, sino una inversión estratégica para el futuro del país. “España no puede permitirse seguir ignorando a miles de niños con altas capacidades. Si no cambiamos ahora, estaremos perdiendo a la próxima generación de innovadores, científicos y emprendedores que pueden transformar el país”, dice Jana Martínez-Piqueras. En un mundo donde la innovación y el conocimiento marcan la diferencia, apostar por el talento es apostar por el futuro de España.