Foto: Ricardo Bofill Taller de arquitectura.
Albania sigue con su proceso de encontrar propuestas arquitectónicas de primer nivel que redefinan su urbe y la coloquen en el lugar que se merece. En su búsqueda, los estudios de arquitectura más variopintos han analizado la situación actual del territorio y plasmado sus ideas más atrevidas. Entre ellas, nos llama poderosamente la atención una torre en concreto: la Torre Barcelona, con diseño netamente catalán.
Sí, como lees, una de las propuestas más audaces y atractivas ha sido liderada por el estudio español Taller de arquitectura Bofill, uno de los más reconocidos mundialmente. Lo conocerás por La Muralla Roja, o por su sede, la conocida como La Fábrica. Se ubica en San Justo Desvern (Barcelona) y es una antigua fábrica de cemento convertida en centro de trabajo y vivienda.
La Torre de Barcelona se alzaría con 190 metros de altitud y llama poderosamente la atención por tres elementos. El primero su característico color rojizo, que redundará en una poderosa ruptura con el horizonte; el segundo su llamativa torsión, que hace que el diseño parezca vivo y atractivo; y tercero una limpieza fantástica en el trazado de sus líneas exteriores.
Esta torre se ubicaría en la plaza Skanderbeg, el corazón de la ciudad de Tirana, y reconfiguraría el entorno urbano de forma abrupta, pero elegante.
El diseño del edificio se basa en una prenda llamada fustanella, una falda tradicional del país y que también es muy famosa en Grecia.
El complejo poseerá una variedad de usos, empezando por locales comerciales en planta baja y oficinas en las primeras plantas del edificio. También habrá apartamentos, de los cuales los más espectaculares y lujosos estarán en la parte alta. La torre se estrecha a medida que asciende, al mismo tiempo que gira, dos posiciones que generan un efecto óptico muy loco y que se enfatiza con el llamativo color.
Pero la forma también ayuda a la transmisión efectiva de los embates del viento, uno de los mayores enemigos de los edificios altos. Así, esta forma semiaerodinámica reacciona ante el viento impidiendo que su choque sea perpendicular a sus paramentos, lo cual generaría una presión superior. Los diseñadores explican que el núcleo principal, totalmente vertical, será el encargado de soportar la estructura.
Otra generosa aportación de la forma del inmueble es la mayor eficiencia energética. El edificio poseerá una primera fachada que permite el retranqueo al interior, formándose terrazas libres, que contribuyen a la lejanía de la incidencia de los rayos solares. Sin embargo, no nos engañemos, la estrella arquitectónica no es la torsión del edificio, sino su color.
El color rojo intenso nos llama poderosamente la atención. Su cromaticidad será inédita para este tipo de edificios y se conseguirá gracias a la pigmentación del hormigón. Aunque el estudio no entra en más detalles, es posible que se trate de la incorporación de elementos prefabricados de este material, lo cual aseguraría que el tono fuera más homogéneo en todas sus piezas.
Aún no tenemos infografías del interior, por lo que estamos ansiosos de conocer más detalles que nos inspiren y nos adentren en la propuesta del taller. Y es que siempre merece la pena ver un edificio así ya sea en Albania o en otro lugar del mundo.
Renders cortesía de Ricardo Bofill Taller de arquitectura.
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