ENTREVISTAS

Carla Simón: “Rodé Romería desde la curiosidad de conocer a mis padres y no desde el enfado”

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Charlamos el mismo día que se estrenaba Romería en salas. Carla Simón estaba feliz, pero agotada. Mantenemos nuestra conversación mientras le da el pecho a su hija recién nacida. Bella estampa que refleja la capacidad de una mujer para llegar a todo con esfuerzo. Con esta tercera película, la cineasta catalana, con sangre gallega, cierra su círculo familiar resucitando “el recuerdo de mis padres que estaba diluido”. Kin y Neus, sus progenitores, fueron adictos a la heroína en los años 80 y fallecieron de sida con tres años de diferencia…

The Luxonomist: Con Romería cierras tu trilogía familiar. ¿Era una necesidad anímica que nos asomáramos a tu memoria?
Carla Simón: Para mí tenía mucho sentido. Después de haber explorado la historia de mi familia, me apetecía hablar de la memoria. Sobre todo por esa frustración que siento por no saber cómo fue la vida de mis padres. Esa búsqueda me ha llevado a Romería y a cerrar con ella el círculo de las películas familiares.

TL: ¿No te ha dado miedo que el público invadiera abruptamente tu intimidad?
CS: No tengo mucho pudor ya, la verdad (risas). Es bueno que todas las emociones que he sentido pueda compartirlas. El viaje que hace esta niña de 18 años para conocer a su familia, es necesario anímicamente. Bien es verdad que los personajes están ficcionados. Y aunque la protagonista tiene gran parte de mí, no siento que se invada mi intimidad con lo que cuento. Lo que quiero es que funcione la historia.

“He resucitado el recuerdo diluido de mis padres”

Rodaje de Romería. Foto Quim Vives para Elástica Films.

TL: ¿Cómo ha sido la introspección que has tenido que hacer en los últimos años?
CS: Tuve muchas conversaciones con mi familia y con amigos de mis padres sobre temas que quería y necesitaba saber. Me preocupaba no saber algunas cosas y para mí era importante descubrirlas. Esas conversaciones intergeneracionales fueron importantes para saber de dónde venían mis padres y cómo su ausencia me afectó a mí. He tenido que ir a terapia para interpretar mis sueños. Fui conociendo cosas que me estimularon.

TL: ¿El cine te ha salvado los recuerdos que no pudiste tener?
CS: Yo creo que sí, porque me ha permitido crear esas imágenes que me faltaban y, en cierta manera, resucitar ese recuerdo de mis padres que estaba diluido.

TL: Realidad y ficción se fusionan en Romería. ¿Era el cierre del círculo que necesitabas?
CS: Yo tenía un compromiso muy fuerte de ser fiel a la realidad con mis dos anteriores películas (Verano 1993 y Alcarrás), explorando ese trato familiar que a mí me interesa mucho para entender la vida y poder plasmarla tal y como es. Sí es verdad que esta película, Romería, invitaba a la invención, a la imaginación. Es un canto a esa memoria que no podía tener y ahí entra esa magia de poder volar y entrar en otros terrenos.

TL: La película está escrita a partir de unas cartas que encontraste de tu madre. ¿Qué fue lo más difícil de leer, filmar y verbalizar?
CS: Ha sido una manera de ir hacia mi madre, conocerla mejor. Ver cómo hablaba, cómo se expresaba, en qué cosas enfatizaba. Hay muchos momentos en esas cartas que habla de las drogas, que es algo que me ha costado mucho entender. Ella tenía mucho interés en experimentar y probar diferentes cosas. Esa etapa es lo que más me ha costado de todo.

“El cine me ha salvado de los recuerdos que no pude tener”

TL: “Para mí era fundamental filmar a mis padres pinchándose heroína”. Me impactó leer eso. Imagino que hay una delgada línea pero… ¿no te valía solo con imaginar?
CS: Lo que he intentado en todo momento es posicionarme lo más cerca posible de la verdad, de cómo podía ser todo. Rodar esa imagen de mis padres era importante porque supuso una parte de su vida, pero tampoco quería que eso les definiera absolutamente, aunque tenía claro que ese momento tenía que salir. Hay muchas historias como la suya que terminan mal, rayando entre lo sórdido y lo cruel. No era su caso. Yo quería mostrar otra manera diferente de relacionarse con la droga.

TL: ¿El festival de Cannes y la acogida que tuvo allí Romería te ideó el camino de lo que vendría?
CS: Todos los que hemos conseguido que seleccionen una de nuestras películas para estar allí, somos conscientes de que es un escaparate que puede marcar el devenir futuro de la película. Los estrenos allí son por todo lo alto y sabes que lo que ofreces va a tener cierta atención. Allí está lo más selecto de la industria y eso, sin duda, te da mucha proyección.

TL: Esta película es una de las tres preseleccionadas para representar a España en los Oscar. El día 17 de septiembre se resolverá la incógnita. ¿Te ves en Los Ángeles?
CS: Nunca ha sido el objetivo, te lo digo de verdad. Viví esa sensación con la primera película, como también lograr el premio en Berlín con la segunda. Los premios son un honor, significan reconocimiento y reafirman el trabajo, pero veo muy difícil llegar a los Oscar con Romería, la verdad.

“Para mí era importante saber de dónde venían mis padres y cómo me afectó su ausencia”

Rodaje de Romería. Foto Quim Vives para Elástica Films.

TL: ¿Ha sido depurativo y sanador el viaje que has tenido que hacer y verbalizar todo lo vivido y no vivido?
CS: Sí, tengo que reconocer que ha sido un tránsito muy reparador, lo he sentido como algo que me ha dado calma y me ha aportado paz. Y, como cineasta, me ha dado la posibilidad de explorar cosas nuevas.

TL: A pesar de todo, ¿te recuerdas una niña feliz?
CS: Síiiiii, totalmente. Tuve mucha suerte de criarme en una familia con unos padres y hermanos que me dieron todo el cariño imaginable. De ellos recibí el amor que necesitaba. Rodé Romería desde la curiosidad y no desde el enfado.

TL: Si pudieras hacerlo, ¿qué le dirías a esa niña que se quedó atrás?
CS: Ummm, fíjate ¡no lo sé! Tal vez le diría muchas cosas, pero sobre todo que viva como ella quiera, que es lo importante. Y, sobre todo, que el viaje ha merecido la pena.

TL: ¿Hay tres palabras que definan el momento que estás viviendo?
CS: Uyyy, en este momento todo se reduce al cansancio (risas). Estoy agotada con la promoción, con mi bebé y poder compatibilizar y llegar a todo. Aunque también soy consciente de que es un momento muy dulce, porque he conseguido cerrar el ciclo familiar de la mejor manera posible. He contado lo que yo quería a mi manera. Y la tercera palabra sería libre, porque siento que me he liberado. Así que… cansancio, dulce y libre.

Amalia Enríquez

De Pontevedra al mundo. Periodista donde me dejan y llaman. CEO and Founder #RedCarpetFilms redcarpetfilms.es Miembro de la AICE, Premios Feroz, Academia de Cine y Academia de TV.

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