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En los dos años de vida que cumplió Lilibet la semana pasada, el rey Carlos III solo la ha visto en una ocasión. Al menos, presencialmente. Fue el pasado mes de julio, cuando los duques de Sussex viajaron a Reino Unido con sus hijos con motivo del jubileo de Isabel II. Por ello, el rey quiso tener este año un detalle especial con su nieta pequeña y mandarle desde Londres un gran regalo de cumpleaños. Sin embargo, ha salido a la luz que el príncipe Harry se negó a ello y la pequeña Lilibet se quedó sin regalo. El regalo de Carlos III a Lilibet por su cumpleaños Lilibet cumplió dos años el pasado de junio (Foto: Gtres) Para nadie pasó desapercibido que el rey Carlos III no felicitase públicamente a la pequeña Lilibet en sus redes sociales. Un mensaje de feliz cumpleaños, habitual con otros miembros de la familia, y que esta vez no se produjo. Quizás por el enfrentamiento que días antes había tenido con el príncipe Harry a causa del regalo de la pequeña. Según cuenta una fuente cercana a Carlos III a la revista Ok!, el rey quería regalarle a su nieta una "casita a medida" como la que en su día tuvieron la reina Isabel II y la princesa Margarita. "Quiere regalarle a Lili algo que use y sea suyo. Ella lo recordará siempre: va a ser la sorpresa definitiva", cuenta la fuente. El príncipe Harry se negó a que le diera el regalo El príncipe Harry dijo que el regalo de Carlos III era extravagante (Foto: Gtres) Un regalo con un significado especial para Carlos III, que por petición expresa del príncipe Harry, finalmente no habría hecho. Y es que la fuente asegura que el duque de Sussex tachó el regalo de "extravagante" y le pidió a su padre que buscara otro detalle más sencillo. Esta oposición no habría sentado demasiado bien al rey y, quizás, podría ser la razón que motivó la ausencia de felicitación pública a su nieta. Sin embargo, no ha trascendido si Carlos III hizo caso a su hijo y buscó otro regalo para Lilibet, que celebró su segundo cumpleaños en Montecito. El príncipe Harry y Meghan Markle organizaron a la pequeña una fiesta de cumpleaños a la que asistieron sus amigos más cercanos de California y niños con los que Lilibet suele jugar en su día a día. Ninguna presencia de un miembro de la familia real, con los que ni siquiera se sabe si tuvieron contacto.

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