Por fin hay una explicación a esa manía que tienen los royals británicos de no atarse el cinturón de seguridad, algo que a lo que ya nos tenían más que acostumbrados visualmente hablando, pero que no materializó el enfado hasta que el duque de Edimburgo tuvo un accidente el pasado día 19 cerca de Sandringham conduciendo su Range Rover.
La verdad es que no solemos ver a nadie de ninguna familia real colocado dentro de un automóvil y con el cinturón puesto. ¿Por qué? Pues la solución la ha facilitado Simon Morgan, antiguo agente de seguridad a cargo de la Corona Británica: la realeza tiene la consigna de no abrocharse nunca el cinturón porque en un caso de urgencia sería un problema añadido a la hora de rescatar a cualquiera de sus miembros del interior de un vehículo.
“Ante la amenaza de un peligro es importante tener en cuenta la situación de cada uno para decidir cuál es la mejor manera de lograr sus objetivos. Una persona con el cinturón de seguridad abrochado presentará más problemas para ser extraído de un coche en caso de urgencia que una persona que no lo lleve atado”, ha declarado Morgan a la revista ‘Hello’. Como es de suponer, esta explicación no ha convencido a nadie.
Como todos recuerdan, el marido de Isabel II chocó contra un automóvil en la fecha señalada, afortunadamente sin consecuencias para nadie, a excepción de una de las dos mujeres del otro vehículo que se fracturó una muñeca. Mientras la señora en cuestión ya ha sido entrevistada en los medios, y ha contado que la han llamado de palacio de parte de la reina lamentando el accidente, aún espera una disculpa por parte del nonagenario príncipe (97), que ya pasea con el nuevo modelo de Rajge Rover que han puesto a su disposición, naturalmente sin atarse el cinturón.
La prensa británica, por lo general muy tolerante en cuando a la reina y su consorte se refiere, no ha podido evitar que se les colasen estas nuevas imágenes, así como otras de la propia soberana, que tampoco lo usa. Ahora que nos han aclarado la verdad tendríamos que replantearnos si, atendiéndonos a la norma de los servicios de Buckingham Palace, el resto de mortales nos la podemos aplicar o sólo sirve para las familias reales. Ante tal explicación absurda, lo más prudente será que sigamos usando el cinturón atado, y bien atado.
*Fotografías: Gtresonline.
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