(Foto: Gtres)
Jill Biden y Doña Letizia han vuelto a coincidir este martes en un nuevo acto oficial. Tras el encuentro de ayer en el Palacio de la Zarzuela y la posterior visita a la Asociación Española Contra el Cáncer, la Reina y la primera dama de los Estados Unidos han visitado el Centro de atención, acogida y derivación de refugiados ucranianos situado en Pozuelo de Alarcón. La misma instalación que visitaron los Reyes junto a sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, cuando la heredera al trono regresó de Gales al término del segundo trimestre de estudios.
Una cita con un marcado tinte institucional y muy al hilo de la Cumbre de la OTAN que ha traído a Madrid al Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, su esposa y decenas de mandatarios con sus respectivas parejas. Mañana precisamente es el día señalado para que Doña Letizia las acompañe en un recorrido cultural por Madrid y alrededores.
De momento hoy, doña Letizia ha ejercido de nuevo de perfecta anfitriona para Jill Biden, que ha llegado al centro de refugiados acompañada por sus nietas, Maisy, de 20 años, y Finnegan, de 22; a quienes pudimos ver en la tarde de ayer de compras con su abuela por algunas de las tiendas más relevantes de la Milla de Oro de Madrid.
La primera dama escogía para esa tarde de compras un vestido de Oscar de la Renta, firma con la que parece sentirse muy cómoda. El motivo es que hoy martes ha vuelto a lucir otro diseño de la firma. En este caso ha escogido un vestido de línea clásica en color azul marino con estampado floral, con manga corta, escote redondo con abertura vertical y falda con pliegues. Un diseño especialmente femenino confeccionado en algodón que en la web del modisto tiene un precio de 3.505 euros.
La Reina por su parte ha elegido un traje blanco de chaqueta y pantalón ligeramente acampanado. Un diseño que firma Carolina Herrera y que forma parte de su vestidor desde 2018. Desde entonces lo ha lucido en tres ocasiones contando la de hoy, combinándolo en las anteriores con tops en tonos blanco y blanco con rayas beige. En esta ocasión se ha decantado por un top de seda en tono rosa empolvado, con cuello redondo y drapeado delantero.
El largo del pantalón ha dejado vislumbrar la sorpresa de su look, los zapatos. Con punta afilada, de charol y en tono beige, se diferencian de la mayoría de su vestidor por tener un tacón ancho. Una creación que recuerda por la forma (aunque salvando mucho las distancias) a los Medusa Aevitas de Versace tan de moda esta temporada entre las celebrities.
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