Seguridad o convivencia: el conflicto en la nueva residencia de William y Kate
La mudanza de William y Kate a Forest Lodge ha provocado malestar entre vecinos de Windsor por la imposición de un amplio anillo de seguridad.
La mudanza del príncipe William y Kate Middleton a su nuevo hogar, Forest Lodge, en el Gran Parque de Windsor, sigue generando polémica. Un asunto que no es nuevo, pero que con la llegada de las fiestas navideñas se ha acentuado. El parque recibe más visitas en esta época y la población local aumenta.
El caso es que desde que los Príncipes de Gales y sus tres hijos, George, Charlotte y Louis, se instalaron allí el pasado otoño, se ha establecido un amplio perímetro de seguridad. Son unas seis millas (9,6 kilómetros) alrededor de la propiedad. Una medida que muchos residentes califican de desproporcionada y perjudicial para la vida cotidiana del lugar.
Un anillo de acero que choca entre los vecinos
El llamado “anillo de acero” incluye vallas, cámaras de videovigilancia y señales de prohibición de paso que han restringido el acceso a zonas del Windsor Great Park y a terrenos privados. Algunos espacios que, aunque no eran públicos de forma oficial, habían sido utilizados durante décadas por vecinos y excursionistas para pasear, practicar senderismo o sacar a sus mascotas.
Esta situación ha provocado un profundo malestar entre la población local. Aseguran sentirse “destrozados” por el impacto de las nuevas medidas en su rutina diaria. Algunos vecinos afirman que se les ha forzado a aceptar los cambios sin apenas margen de diálogo. Denuncian la falta de alternativas prácticas, como accesos con aparcamiento suficiente.
Forest Lodge es una mansión georgiana de 328 años de antigüedad. Está catalogada como edificio de grado II. Compuesta por ocho habitaciones, fue alquilada por William y Kate tras vivir varios años en Adelaide Cottage, situada a unos ocho kilómetros, en el perímetro del Castillo de Windsor.
La familia no descarta vivir en Forest Lodge cuando William llegue al trono
La propiedad ha sido objeto de una profunda remodelación para adaptarla a las necesidades de la familia. Consideran esta residencia como su “hogar definitivo”, incluso de cara al futuro, cuando se conviertan en Reyes.
Frente a las críticas vecinales, algunas voces han salido en defensa de los Príncipes de Gales. Expertos en seguridad han revelado a medios británicos que el perímetro de seguridad se ha establecido conforme a la Ley.
La familia debe ser protegida ante posibles amenazas terroristas. No sólo por la condición de William como heredero al trono, sino también por la relevancia de sus hijos en la línea sucesoria.
