(Foto: Gtres)
El príncipe y la princesa de Gales organizaron este pasado fin de semana una fiesta privada de agradecimiento en el exclusivo York Club, cerca de su nueva residencia, Forest Lodge, en el Gran Parque de Windsor.
El evento, celebrado con bebidas y aperitivos, tuvo como objetivo reconocer el esfuerzo de los constructores y del personal que permitió que la familia pudiera mudarse antes de lo previsto a su nueva residencia.
Según fuentes locales, la pareja quiso así expresar personalmente su gratitud de una forma “muy cariñosa y cercana”. Una mudanza que marca el adiós definitivo a Adelaide Cottage, la casa de cuatro habitaciones donde la familia ha residido desde 2022. Una vivienda que, según fuentes cercanas, se les había quedado pequeña.
El York Club de Windsor, donde se ha celebrado la fiesta, es un recinto exclusivo que forma parte del Gran Parque de Windsor adyacente. Al mismo solo se puede acceder bajo invitación y es utilizado principalmente por empleados y miembros de la corona.
En él se celebran bodas, aniversarios e incluso la mítica fiesta anual de las flores Royal Windsor Flower Show.
El traslado coincide con un periodo muy importante para la propia Kate Middleton, que tras ser diagnosticada de cáncer en marzo de 2024, se encuentra actualmente en remisión. Según informó The Sun, la decisión de mudarse responde también al deseo de “dejar atrás recuerdos difíciles” y empezar una etapa más tranquila y privada en familia.
Originalmente, el príncipe William y Kate Middleton tenían previsto instalarse en su nuevo hogar en la Navidad de 2025, pero los trabajos de acondicionamiento avanzaron con rapidez, permitiendo completar la mudanza antes de lo previsto.
La nueva residencia, Forest Lodge, es una mansión georgiana del siglo XVIII diseñada por el arquitecto Sir Jeffry Wyatviller. El mismo que remodeló partes del Castillo de Windsor. Los jardines fueron concebidos por Humphry Repton, figura clave del paisajismo inglés.
Sin embargo, su historia tiene un lado oscuro. El primer propietario, Spencer Mackay, amasó su fortuna mediante plantaciones en la Guayana Británica. Al parecer utilizó mano de obra esclava. Su implicación en la rebelión de Demerara de 1823, en la que murieron cientos de esclavos, dejó una huella trágica en la historia de la propiedad.
Hoy, los príncipes de Gales planean establecer su residencia permanente en Forest Lodge. Pagarán su alquiler, mantenimiento y garantizan su privacidad con nuevas medidas de seguridad y jardinería.
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