No ha pasado ni un año desde que Meghan Markle está en el foco mediático, pero este tiempo ha sido suficiente para convertirse en todo un icono de estilo siendo siempre fiel a la sencillez que la caracteriza. La recién estrenada duquesa de Sussex hace alarde de su belleza natural apostando por maquillajes sencillos y naturales e incluso dejando al descubierto sus pecas.
Viendo todas sus apariciones, concretamente las últimas, nos hemos percatado de cuál es su color favorito. Discretos y elegantes a la vez, los tonos claros como el blanco y el rosa empolvado se han convertido en los favoritos de la ex actriz y en un acierto seguro en todas sus apariciones.
El último look de Meghan Markle que nos ha enamorado ha sido el que lució ayer mismo en la entrega de los Premios de los Jóvenes Líderes de la Reina en el Palacio de Buckingham. Para esta ocasión confió en un modelo de la firma italiana Prada, un maravilloso conjunto de dos piezas formado por chaqueta de manga corta de doble botonadura, cinturón y cuello barco, y una falda midi asimétrica que combinaba con unos salones de piel negra y una cartera a juego.
Este look recuerda mucho al primero con el que la vimos en la ceremonia militar Trooping the Colour, en honor a la reina Isabel II. Para esa ocasión, Meghan se decantó por un vestido con escote Bardott y botones frontales que firmaba Carolina Herrera en tono rosa empolvado, un color que le sienta de maravilla debido a su color de piel y al negro intenso de su melena.
Esta afición por los tonos empolvados de Meghan Markle parece que ha comenzado justo después de su boda. Y es que si miramos hacia atrás, la primera vez que la vimos con un traje de este color fue en la primera aparición del matrimonio tras el enlace, concretamente en la fiesta de la primavera de Buckingham Palace. El modelo que escogió entonces, de la firma británica Goat Fashion, fue muy comentado sobre todo por la hechura, ya que según varios medios no favorecía a la duquesa por quedarle algo grande.
Para su primer acto oficial con la Reina Isabel II, Meghan Markle apostó de nuevo por Givenchy con un vestido nude hecho a medida que llevaba una sobrecapa en los hombros creación de Clare Wright Keller. Una opción acertadísima para un evento de estas características y con la que Meghan Markle logró ‘eclipsar’ a la abuela de su marido.
El blanco también es uno de los colores favoritos de Meghan Markle y en el que confía cuando sabe que su look será mirado con lupa (más de lo habitual). Era su primera vez en este Ascot y la Duquesa de Sussex supo estar a la altura. Para esta ocasión apostó por un vestido en blanco y negro firmado por Philip Treacy de Givenchy, la misma firma en la que confió para su primer vestido de novia.
Seguiremos atentos a sus apariciones y a los looks con los que nos sorprende este verano. De lo que estamos seguros es de que seguirá demostrando que tiene un estilo muy definido y que es posible deslumbrar y ser elegante sin lucir diseños extravagantes.
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