El círculo es perfecto. Cargo mi coche con energía de origen 100% limpia, en casa tengo un sistema de energía solar de autoconsumo y, además, mis acciones en empresas que apuestan por la energía verde me dan beneficios. Las ventajas de las energías renovables son múltiples y abordan incluso la faceta económica en Bolsa.
Su fuerza inversora en los mercados de capitales está haciendo que las empresas de este sector tengan un comportamiento sobresaliente en Bolsa, demostrando que las energías renovables son rentables para las personas, para el planeta y para los inversores.
En un contexto en el que todas las empresas quieren ser sostenibles, los mayores réditos bursátiles los han registrado las compañías pioneras que apostaron hace más de 20 años por las tecnologías limpias de generación de electricidad. Es el caso de Iberdrola, uno de los líderes globales del sector, que ha cerrado 2019 como su mejor año en Bolsa desde 2006, con un comportamiento por encima de los índices globales y del sector utilities.
La multinacional de origen español ha sumado su apuesta histórica por las energías eólica e hidroeléctrica con la expansión internacional y una gran capacidad de gestión. No en vano, su presidente ejecutivo, Ignacio Galán, ha sido elegido en el top 5 de CEOs de todo el mundo por Harvard Business Review.
Al cierre de año, la compañía ha concluido 2019 con una capitalización de 58.403,8 millones de euros, lo que supone una rentabilidad del 30,8% (36,7% si se incluye el dividendo), pasando de 7 euros por acción el 2 de enero, a 9,20 el 31 de diciembre. Este crecimiento supera el registrado durante el ejercicio por el Eurostoxx Utilities (+22,2%), el Eurostoxx 50 (+24,8%) o el Dow Jones (+22%).
El dividendo que distribuirá a cuenta correspondiente al ejercicio de 2019 será de al menos 0,167 euros brutos por acción, un 10,6% superior al que pagó a cuenta del ejercicio de 2018, demostrando que la apuesta por la sostenibilidad es rentable para la empresa, sus accionistas y la sociedad en general.
Iberdrola es el principal emisor corporativo de bonos verdes en el mundo, asociados en su mayoría a proyectos renovables. En 2014, se convirtió en la primera empresa española en cerrar una colocación verde y, desde entonces, ha emitido bonos verdes por valor de 9.500 millones de euros. En España, solo en 2019, Iberdrola ha cerrado un acuerdo de financiación verde junto al BEI y el ICO para el proyecto Núñez de Balboa y un préstamo verde con el BEI para el desarrollo del complejo eólico Cavar.
Su plan de inversión en energías renovables en España prevé la instalación de 3.000 MW nuevos hasta 2022. Y, hasta 2030, las previsiones de la compañía apuntan a la instalación de 10.000 nuevos MW.
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