(Foto: Piqsels)
La pandemia ha sido especialmente dolorosa para compañías como Revlon. Aunque el “índice pintalabios“ creado por su competidor Estee Lauder indica un incremento del consumo de los mismos en tiempos de crisis, el efecto de los confinamientos fue doloroso para las ventas y para la cotización de Revlon. Pasó de cotizar de cerca de 20 dólares hasta llegar a los 7,20 dólares en los primeros meses de la pandemia.
El gigante norteamericano de la cosmética también se ha visto muy afectado por los cuellos de botella en la cadena de suministros. O por la aparición de marcas emergentes a precio muy competitivo. Sin embargo, lo que le ha llevado a Revlon a una situación previa a la quiebra ha sido su gigantesca deuda. Son más de 3.000 millones de euros, cuyos intereses han ido lastrando su resultados financieros trimestrales. Y eso en un época de muy bajos tipos de interés.
El fabricante de cosméticos Revlon prepara la solicitud apara acogerse a la protección del Capítulo 11 de la ley de bancarrota de los Estados Unidos, que equivale a la suspensión de pagos española. Por ello ha iniciado conversaciones con diversos acreedores, antes de que sucedan los inminentes vencimientos de su deuda.
A pesar de que la demanda de productos de maquillaje se ha recuperado en los últimos meses, ya que los clientes de todo el mundo salen a la calle con más frecuencia, bien es cierto que en la época de uso generalizado de mascarillas, las ventas de pintalabios cedieron terreno a las de productos para resaltar ojos y pómulos. Aún así, Revlon ha registrado un aumento de las ventas del 7,8 % en el primer trimestre de 2022. Son 480 millones de dólares frente a los 445 millones de facturación en 2021.
Las ventas fueron especialmente sólidas en Estados Unidos y estuvieron basadas en sus productos de tinte para el cabello Revlon ColorSilk. Experimentó también un buen comportamiento de las fragancias bajo la marca Elisabeth Arden. Lo que no impidió que reflejara unas pérdidas operativas por valor de 10 millones de euros y unas pérdidas netas de 63 millones de euros. Debido en gran parte a la ya comentada carga de intereses.
Revlon ya tuvo serias dificultades a lo largo del 2020 para hacer frente a su deuda. Entonces pudo salvar la bancarrota gracias a la aprobación de un plan de ajuste y a un pago reestructurado y consensuado con sus tenedores de bonos. Veremos ahora si puede salir de nuevo de la grave encrucijada. De momento, sus acciones cotizan a 1,64 dólares, contando con una leve recuperación a la hora de escribir estas líneas, mientras hace poco más de un año lo hacían a 11,41 dólares.
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