Los cambios en su gestión parece que dan sus frutos casi un año después del fichaje de Alessandro Bogliolo. Tiffany obtuvo un beneficio neto de 142 millones de dólares en los tres primeros meses de su año fiscal, lo que supone una mejora del 53,2 % con respecto al mismo periodo de 2017. Las ventas netas del grupo entre febrero y abril superaron los mil millones de dólares, un 14,8 % más. Destaca el incremento de la facturación cercano al 30 % en Asia Pacífico. En América crecieron un 9 %, en Japón aumentaron un 17 % y un 13 % en Europa.
Y todo ello casi con el mismo número de tiendas que el trimestre precedente. Tiffany sólo abrió una tienda y cerró dos. La compañía joyera ha revisado al alza su previsión de beneficios por acción para el conjunto del ejercicio: estará entre 4,50 y 4,70 dólares, frente a la anterior horquilla de entre 4,25 y 4,45 dólares. Habrá también una recompra de acciones de hasta mil millones de dólares. “Seguimos centrados en lograr un crecimiento sostenible de las ventas comparables, el margen de operaciones y las ganancias”, declaró Alessandro Bogliolo, consejero delegado de Tiffany.
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