La obra maestra de F.P. Journe y Coppola bate récords
La subasta del FFC Blue consolida a F.P. Journe como un referente histórico en el mundo de la relojería moderna.
La reciente subasta del prototipo FFC elaborado por el relojero F.P. Journe y que pertenecía a Francis Ford Coppola ha marcado un hito en la historia de la relojería y en el mercado de subastas internacionales. La pieza, considerada por expertos como una de las creaciones más significativas del prestigioso relojero independiente François-Paul Journe, alcanzó la cifra de 10,75 millones de dólares tras once intensos minutos de pujas globales.
Con ello se estableció un nuevo récord mundial tanto para un reloj de F.P. Journe como para cualquier creación de un relojero independiente. Ya es el reloj más caro vendido en Estados Unidos desde el icónico Rolex Daytona de Paul Newman en 2017.
Coppola y Journe crearon este reloj de enorme complejidad
Este reloj, bautizado FFC Blue, nació de la colaboración única entre Coppola y Journe. La génesis del proyecto se remonta a 2009, cuando Eleanor Coppola regaló a su esposo un Chronomètre à Résonance. Fascinado, el director invitó al relojero a su bodega en Napa Valley en 2012.
Durante su encuentro, surgió una idea que marcaría un antes y un después: ¿podría un reloj indicar la hora mediante una mano humana? Intrigado, Journe emprendió una investigación técnica y artística de nueve años, la primera vez que desarrollaba un concepto ajeno a su propia imaginación.
El resultado fue un reloj extraordinario, cuyo diseño incorpora una mano mecánica inspirada en una prótesis del siglo XVI creada por Ambroise Paré. Los dedos se mueven para indicar las horas, mientras los minutos se leen en un anillo giratorio.
Un reloj único que Coppola ha vendido por causas económicas
Esta combinación de creatividad, historia médica, ingeniería relojera y simbolismo cinematográfico convirtió al FFC Blue en una pieza única. Solo se conocen públicamente tres versiones: la de Coppola, una de Journe y otra vendida en 2021 por 4,5 millones de francos suizos.
El FFC no fue el único reloj que Coppola puso a la venta. El director subastó siete piezas de su colección personal, recaudando un total de 43 millones de dólares en la subasta New York Watch Auction: XIII, organizada por Phillips en colaboración con Bacs & Russo. Entre ellas se encontraba también el Chronomètre à Résonance que inició su amistad con Journe, vendido por 584.200 dólares.
La decisión de Coppola de desprenderse de estos relojes tiene un trasfondo complejo. A sus 86 años, el director enfrenta dificultades financieras tras el fracaso comercial de su ambiciosa película Megalópolis (2024), en la que invirtió cerca de 120 millones de dólares de su propio patrimonio.
El film solo recaudó 14,3 millones, obligándolo a liquidar activos personales. Él mismo confesó recientemente que estaba “muy corto de dinero” y que todo lo invertido “prácticamente se ha esfumado”.
A pesar de ello, la subasta del FFC Blue deja un legado notable: celebra una de las colaboraciones más singulares entre arte y alta relojería, consolida a F.P. Journe como un referente histórico y reafirma el valor emocional, creativo y técnico de un reloj que ya es leyenda entre coleccionistas.
