La gran comida en El Pardo de la Familia Real: 5 horas de reencuentros y mucho simbolismo
La entrega a la reina Sofía del Toisón de Oro, la más alta condecoración de la monarquía, protagonizó el almuerzo de los Reyes con toda su familia.
El Palacio de El Pardo se convirtió el pasado sábado en el escenario de un almuerzo histórico y profundamente simbólico para la familia real española. Un acto definido desde Casa Real como “privado”, pero cuya relevancia ha trascendido más allá de los muros de palacio.
El almuerzo fue presidido por los reyes Felipe VI y Letizia, quienes estuvieron arropados por sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Ambas abandonaron por unas horas sus respectivos quehaceres en San Javier y Lisboa para conmemorar junto a toda la familia 50 años de democracia en España.
Un almuerzo en El Pardo repleto de familiares
Aunque los actos institucionales tuvieron lugar el día anterior, los Reyes quisieron dedicar una jornada completa a una reunión con toda su familia. Una cita que, con el paso de las horas, hemos sabido que reunió a varias generaciones de los Borbón y Grecia.
Un almuerzo además marcado por un gesto especialmente emotivo: la entrega a la reina Sofía del Toisón de Oro, la más alta condecoración de la monarquía, otorgada por su propio hijo en la mañana del viernes.
Como decimos, el almuerzo del sábado congregó a numerosos miembros del círculo familiar de los Reyes y de los Eméritos. La infanta Cristina por ejemplo llegó acompañada de doña Sofía, mientras que la infanta Elena acudió con sus hijos, Victoria Federica y Froilán.
También estuvieron presentes varios de los nietos del rey Emérito Juan Carlos I, como Pablo y Miguel junto a sus parejas, mientras que Juan acudió sin la suya. La presencia de los primos del rey, como Simoneta Gómez-Acebo, Beltrán y Bruno, añadió un aire de gran reunión familiar, reforzado por la asistencia de la infanta Margarita y su esposo.
Tregua con el Emérito tras sus polémicas memorias
La representación griega estuvo encabezada por el príncipe Pablo y Marie-Chantal Miller, acompañados de varios de sus hermanos: Teodora, Philippos, Nicolás y Alexia. Todos ellos con sus respectivas parejas e hijos. La única ausencia notable fue la de la princesa Irene, por motivos de salud.
A ellos se sumaron amigos cercanos de la familia, como Konstantin de Bulgaria, Míriam Ungría o Ana de Orleans, además de figuras como Teresa de Borbón-Dos Sicilias, Tessa de Baviera y Luis Alfonso de Borbón con Margarita Vargas.
La comida se prolongó más de cinco horas y según ha trascendido por diversos medios se desarrolló en un ambiente cordial. Se trata de la primera gran reunión familiar tras la publicación de las controvertidas memorias del rey Juan Carlos.
El Emérito, de hecho, fue el primero en llegar. Se presentó con notable antelación y saludó a los curiosos congregados a las puertas del recinto. Los últimos en aparecer fueron los Reyes junto a sus hijas, con Felipe VI al volante, ofreciendo también un saludo cercano.
Pocos detalles más han trascendido de una reunión de carácter simbólico, pero que ha estado marcada por la memoria, la reconciliación y la celebración institucional.
