Kate y William se mudan antes de lo previsto a su nueva casa

El príncipe William y Kate Middleton se preparan para iniciar un nuevo capítulo en su vida familiar. Según relata en exclusiva el Daily Mail su llegada es inminente a Forest Lodge, una elegante residencia georgiana de ocho habitaciones situada en Windsor Great Park, Berkshire.

La pareja espera instalarse antes del 5 de noviembre, coincidiendo con la tradicional Noche de las Hogueras, adelantando así sus planes iniciales de trasladarse antes de Navidad.</p>

El traslado marca un nuevo comienzo para los príncipes y sus tres hijos, George (12 años), Charlotte (10 años) y Louis (7 años) tras los últimos y difíciles años vividos en Adelaide Cottage, su actual residencia.</p>

La nueva casa del príncipe William y Kate Middleton está casi preparada

Un hogar en el que afrontaron la muerte de la reina Isabel II pocas semanas después de mudarse en 2022. También han vivido allí las tensiones provocadas por el documental y las memorias del príncipe Harry y más recientemente, el diagnóstico de cáncer tanto de Kate como del rey Carlos III.</p>

Fuentes cercanas aseguran que la princesa, ahora en remisión de su enfermedad, ha liderado con entusiasmo la renovación interior de Forest Lodge, apostando por diseños y textiles británicos de firmas como Marina Mill.</p>

Según cuenta el citado diario, la casa, construida hace 328 años, habría sido remodelada con nuevas puertas, suelos y techos, manteniendo su carácter histórico. Según ellos mismos han relatado, Forest Lodge sería su “hogar definitivo”.

Los príncipes planean seguir viviendo allí cuando William acceda al trono

El príncipe William y Kate han decidido financiar personalmente la mudanza y el alquiler, manteniendo su deseo de llevar una vida más privada y familiar. Además, han optado por no contar con personal residente, buscando una convivencia más íntima.

El Palacio de Kensington ha confirmado que los príncipes planean seguir viviendo allí incluso cuando accedan al trono. De esta forma romperán con la tradición real de residir en palacios como Buckingham.

La mudanza, sin embargo, ha generado cierta controversia local. La instalación de un cordón de seguridad de unas 60 hectáreas ha supuesto el cierre de accesos públicos y aparcamientos en la zona. Lo que ha causado malestar entre los vecinos de Windsor Great Park. Muchos residentes, que pagaban una cuota anual por disfrutar del área, consideran estas restricciones una “patada en los dientes”.

En Forest Lodge, los príncipes de Gales buscan reconstruir la normalidad familiar tras años de dificultades. Lo harán combinando su creciente papel institucional con el deseo de ofrecer a sus hijos una infancia lo más estable y discreta posible.