Quienes por trabajo y placer viajamos mucho, tenemos cierta obsesión con los hoteles y el vicio de observar y descubrir hasta el último de sus detalles. En mi caso es casi una obsesión, ya que paso muchas horas de mi vida en ellos y porque además me gusta agradecer cuando veo un trabajo de hostelería perfecto. Soy muy consciente del enorme esfuerzo que esto supone. Si bien en Madrid no necesito hospedarme en ningún hotel, sí lo he hecho de vez en cuando por narra-motivos. Y reconozco que es apasionante dormir en un hotel maravilloso en tu propia ciudad. Hoy os traigo un lugar que siempre me hace sentir feliz y muy a gusto. Es URSO Hotel & Spa de Madrid, el primer hotel boutique cinco estrellas de nuestra capital.
Abrió su magnifica puerta y señorial entrada en agosto de 2014. En poco tiempo se convirtió en el favorito de los visitantes más exigentes de Madrid, que apreciaron su privilegiada ubicación en pleno barrio de Las Salesas. Hoy en día ya es referente entre los hoteles de lujo de la capital. El edificio se construyó en 1915 para la compañía Papelera Española; y su arquitecto fue José María Mendoza Ussía, artífice también de emblemáticos edificios como el Meneses, el Palacio Fontalba o la Fiscalía General del Estado premiada por el Ayuntamiento de Madrid.
La estética neoclásica y elegante del edificio se ha fusionado a la perfección el interiorismo contemporáneo y sofisticado que culminó Antonio Obrador. Éste llevó a cabo una restauración ejemplar en la que mantuvo bastantes elementos originales como su luminoso patio central, las coloridas vidrieras que decoran las escaleras o los azulejos de la fachada obra de Ruiz de Luna.
Lo que más llama la atención por su perfecto estado de conservación y belleza es el imponente y regio ascensor. También los suelos de mármol son los originales o las paredes forradas de madera. De este modo URSO Hotel & Spa mantiene la elegancia del Madrid de principios del siglo XX pero con un carácter funcional.
Sus 78 habitaciones y varias suites cuidan al máximo todos los detalles poque ahí esta la diferencia. Las amenities son 100% naturales y sin parabenos, algo a lo que cada vez damos más importancia, como al hecho de minimizar el uso de plásticos. Las vistas de las habitaciones y suites son un privilegio más, jardines y palacios pueden disfrutarse desde sus balcones o terrazas.
La sostenibilidad, filosofía fundamental del URSO, queda clara también en la utilización de productos locales para agasajar a los huéspedes. Es el caso de las violetas de Caramelos Paco o las famosas patatas fritas de La Azucena. El Spa es una delicia, la oferta gastronómica inmejorable y el gimnasio ofrece las máquinas más avanzadas.
Pero lo que a mí me cautivó desde el principio, y he utilizado sus instalaciones en muchas ocasiones, es el trato, el servicio, la disponibilidad y las facilidades que ofrecen para todo. Un completo equipo profesional, amable y siempre dispuesto a que tanto la estancia como la organización de cualquier evento resulten perfectas e inolvidables. Conmigo lo han conseguido. Os animo a descubrirlo.
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