Cómo evitar que nuestros pies sufran problemas en verano
Cuidar los pies en verano no es solo una cuestión estética, sino también de salud y bienestar.
El verano es una estación maravillosa para disfrutar del aire libre, el sol, la playa y la piscina, pero también puede suponer un reto para algunas partes del cuerpo que, durante los meses más fríos, permanecen protegidas. Es el caso de los pies, que suelen pasar desapercibidos en los meses fríos resguardados bajo calcetines, botas o zapatos cerrados, y que en verano cobran un protagonismo repentino.
De repente, los dejamos al aire durante buena parte del día, expuestos al calor, al cloro, a la sal del mar y al uso constante de sandalias o chanclas. Un castigo involuntario que puede provocar sequedad, grietas e incluso dolor en los talones, una zona especialmente vulnerable. Para evitar estos problemas en los pies en verano, es fundamental establecer una rutina de cuidado específica y acudir al podólogo regularmente.
Para evitar problemas, el cuidado de los pies en verano debe aumentar
Uno de los consejos más eficaces es la exfoliación regular. La piedra pómez sigue siendo un clásico indispensable en la ducha, pero también se pueden utilizar remedios naturales como una mezcla de limón, glicerina, agua de rosas y bicarbonato, que actúa como exfoliante e hidratante.
Otra opción muy efectiva es aplicar mascarillas caseras a base de aceite de oliva virgen extra o aloe vera. Después se pueden cubrir los pies con una toalla o calcetines de algodón durante la noche para favorecer la absorción y mejorar la hidratación.
Y si quieres también puedes ir a la farmacia y comprar cremas específicas para los pies o calcetines exfoliantes para tenerlos a punto para el verano.
El calzado y la alimentación influyen en la salud de nuestros pies
El tipo de calzado que se usa en verano también juega un papel importante. Aunque es tentador recurrir siempre a chanclas o sandalias abiertas, estas pueden provocar la aparición de grietas en los talones si se usan en exceso. Lo más recomendable es alternar entre distintos tipos de calzado y evitar los que dejen el talón completamente expuesto durante muchas horas.
La alimentación es otro factor clave para mantener la salud de los pies. Una dieta rica en ácidos grasos esenciales como los del aceite de oliva, frutos secos, aguacate y pescado azul, junto a un alto consumo de frutas y verduras, proporciona los nutrientes necesarios para una piel elástica y saludable. No hay que olvidar beber abundante agua para mantener la hidratación desde el interior.
Por último, es importante utilizar productos cosméticos específicos para pies. Las cremas corporales o faciales no son suficientes, ya que la piel de los pies es más gruesa y sufre mayor fricción. Existen en el mercado productos formulados especialmente para hidratar y reparar talones agrietados, suavizar durezas y mantener la piel flexible y protegida frente a las agresiones veraniegas.