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En 1917 en la ciudad suiza de Basilea nació una feria del lujo que pronto se convertiría en la más importante de la industria de la joyería y la relojería a nivel mundial. Conocida como Baselworld, cien años después, reúne a más de 1.300 marcas, 3.800 periodistas y 140.000 joyeros, relojeros y clientes venidos de todas partes del mundo. Rolex es uno de las marcas más valoradas Durante su celebración, las marcas presentan sus últimas novedades y estrategias y, en pocos días, los profesionales nos podemos hacer una idea del rumbo del sector, conocer las marcas que tienen papeletas para triunfar durante el año, si éste será bueno o si por el contrario, se prevé susceptible de cambios que mejoren las expectativas del mercado. Tag Heuer es una de las marcas que sigue sorprendiendo. Compra este reloj aquí. El año pasado, tras asistir a Baselworld, anticipé un año con luces y sombras. Lo cierto es que esperaba equivocarme, pero no fue así. La feria de 2016 estuvo marcada por la falta de público asiático y por tres nombres propios, Rolex, TAG Heuer y Oris, firmas cuyas estrategias y buen hacer les han llevado a crecimientos importantes en ventas y cuota de mercado pese al desplome de las ventas de la industria a nivel mundial. Breitling es una de las marcas En este 100 aniversario de Baselworld ha reinado la falta de público, la reducción de más de 200 expositores pasando de 1.500 a 1.300 aproximadamente y la falta de creatividad. Son pocas las firmas relojeras que se han salvado y que han conseguido llenar de ilusión a sus clientes. Entre ellas cabe destacar el buen hacer de Rolex, Hublot, TAG Heuer, Breitling, Frederique Constant y Oris, cuyas estrategias les están llevando a los números verdes. Otras marcas que han escuchado a sus clientes y se han centrado en lo que saben hacer mejor, han resucitado de sus cenizas y han vuelto a la senda del crecimiento, como es el caso de Corum. Corum es una de las marcas que están sorprendiendo. Compra aquí Por otro lado encontramos a marcas japonesas como Seiko que están creciendo y ganando prestigio en el corazón de los amantes de la relojería. Su obsesión por la calidad y la precisión unido a un trabajo constante para mejorar sus productos hacen de las piezas japonesas un competidor cada vez más fuerte para la relojería suiza. Por último encontramos marcas cuyos stands año tras año están más vacíos, la distribución de sus productos es cada vez más reducida y pierden sin remedio aparente cuota de mercado a nivel mundial.

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