Lista de espera para el jet privado de los 70 millones

Si le gusta viajar seguro que ha tenido que pasar por el engorroso trámite de cruzar el control de seguridad de un aeropuerto. Tener que dejar las cosas en un pequeño barreño, desde las llaves, las monedas, el reloj, el cinturón y hasta los zapatos. Por no hablar de las largas colas o cuando la dichosa máquina se ilumina y nos regala un breve cacheo corporal. Todo este proceso es uno de los peajes que preceden al embarque y abandono de la tierra para acabar en un lugar completamente distinto en tan solo unas horas. Pero… ¿y si se pudiese ahorrar todo ese tedio prevuelo? ¿Y si viajar fuera un placer desde antes de surcar los aires?

La solución pasa por tener una cuenta corriente obscenamente saneada. Si tiene mucho dinero, pero muchísimo dinero, puede adquirir el nuevo Gulfstream G700 por el módico precio de 70.000.000 de dólares. Se trata del avión privado más grande del mundo. Dentro pueden viajar hasta catorce personas con un lujo y una comodidad que haría palidecer a algunos de los mejores hoteles. Cuenta con sala de reuniones, sala de televisión e incluso una suite con baño spa.

Si quieres tener tu propio avión privado, tendrás que ponerte a la cola y esperar hasta 2023

Entre sus múltiples lujos cuenta con un sistema de iluminación que casi elimina el jet lag, puesto que las luces van cambiando para imitar la luz del amanecer o atardecer cuando realizamos vuelos transoceánicos. Los motores los fabrica Rolls Royce y son capaces de generar la potencia necesaria como para rozar la velocidad del sonido. Lujo en cada esquina, en cada recoveco, para que sus ocupantes disfruten de algo único durante su estancia entre las nubes.

Los primeros modelos fabricados se entregarán en 2022, pero debe saber que aún teniendo esa montaña de dinero en su banco deberá esperar algo más. Las ventas esperadas por la compañía han sido superadas por mucho y la lista de espera para la adquisición de una de estas maravillas voladoras llega a 2023. El lujo inigualable se hace de rogar. Mientras, tendrá que ir sacando del bolsillo las llaves, las monedas, el reloj y el cinturón para pasar por el arco de seguridad del aeropuerto soñando con que esta vez la máquina no pite al pasar.