Foto: Freepik.
La imagen en cine, en vídeo, se basa en la luz y el movimiento. Movimiento para encuadrar aquello que deseamos potenciar en la imagen. Y luz para otorgar ciertos matices, intención y efectos a aquello que es protagonista de la acción. Con poco más que esas premisas se construye cualquier relato audiovisual. Y para ello hemos puesto a prueba un par de elementos creados por Neewer que han cambiado por completo la forma en la que cualquier video aficionado o profesional afronta una grabación.
En una grabación la luz es todo, es lo que define la acción, las sombras, la intención narrativa y la esencia de cualquier escena. Con la luz FL10 de Neewer las posibilidades que se nos presentan son casi infinitas. Su tamaño compacto facilita que siempre la llevemos en la mochila para cualquier grabación o sesión fotográfica. Su potencia y versatilidad nos resolverá casi cualquier situación, pues cuenta con cuatro tonos de color, blanco, amarillo anaranjado, azul y rojo. Unos colores nos harán ganar dinamismo visual y podremos ajustar la intensidad.
La FL10 de Neewer cuenta con un botón lateral con el que calibraremos la escena con la cantidad de luz exacta. Además, la zona en la que se encuentra la luz es expandible para conseguir una luz más dura o más suave dependiendo de nuestras necesidades de grabación o fotográficas.
Ya tenemos luz y luz para rato puesto que la batería de la FL10 nos regala iluminación para tres horas pese a su tamaño tan compacto. Nos falta el movimiento y Neewer ha creado una solución ideal para llenar de dinamismo cualquier escena que tengamos en mente.
El movimiento continuo y estable que consigue el deslizador ER1 es asombroso. Se trata de un elemento imprescindible en el equipo de cualquier videografo. El slider ER1 funciona tan bien y con tanta precisión que podemos confiar plenamente en que la toma o el plano que teníamos en nuestra cabeza será aún mejor.
Lo podemos encontrar en tres tamaños, desde los 80 centímetros hasta el metro y una versión más que llega a los 120 centímetros. Está construido con fibra de carbono, eso nos otorga solidez, poco peso y nos facilita su transporte. Con un tamaño muy reducido, sus patas ajustables y su rodamientos bien balanceados este deslizador logra que nuestra cámara se ocupe solo de grabar, pues que no recibirá ningún tipo de fricción. Por si fuera poco es tremendamente silencioso. Trabaja por nosotros, mejora nuestras tomas y no notaremos que está en la escena.
El deslizador ER1 de Neewer es ultra silencioso, pero también es ultra preciso. Lo controlamos desde nuestro teléfono móvil y le podemos indicar qué movimiento queremos que realice, desde qué punto a qué punto se tiene que desplazar y le podemos añadir el tiempo que necesitamos para que realice esa acción. Todo de un modo muy sencillo y con una precisión siempre exacta.
Sumado a la luz FL10 podemos tener toda una escena cinematográfica de altísima calidad con tan solo un par de elementos. Si utilizamos cualquiera de los 20 filtros con los que cuenta este foco portátil la creatividad se dispara.
Así, con ambos elementos, combinando las formas, potencia e intensidad de la luz FL10 y la precisión milimétrica del movimiento del deslizador ER1 nuestra producción audiovisual se enriquecerá como nunca habíamos podido imaginar. Con muy poco pero de gran calidad conseguimos resultados excelsos.
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