Foto: Christie´s
Uno de los huevos de Fabergé más importantes del mundo, el Huevo Imperial de Invierno, volverá a salir a la venta. Christie´s lo subastará el próximo mes de diciembre en Londres y a buen seguro su precio será millonario, pues ya ha batido varios récords.
En 1994 fue redescubierto y vendido en Ginebra por 7.263.500 francos suizos. Ocho años después, el 19 de abril de 2002, el huevo volvió a subastarse en Christie’s, esta vez en Nueva York, donde volvió a establecer un récord mundial de 9.579.500 dólares.
El Huevo de Invierno, que se estima que ahora tiene un valor superior a 20 millones de libras, fue encargado por el emperador Nicolás II como regalo de Pascua a su madre, la emperatriz viuda María Feodorovna. Fue en 1913, año del 300 aniversario de la dinastía Romanov.
Está considerado como uno de los huevos de Pascua más originales y artísticamente ingeniosos que la casa creó para la familia imperial.
Está tallado en cristal de roca con un delicado grabado interior de escarcha. Y en su exterior luce motivos de copos de nieve de platino con diamantes de talla rosa engastados. Además, dos bordes verticales de platino con diamantes engastados que ocultan una bisagra lateral y una piedra lunar cabujón fechada en 1913.
El huevo reposa sobre una base de cristal de roca que imita un bloque de hielo derretido. Lo recorren riachuelos de platino con diamantes de talla rosa engastados. Cuando se abre revela una gran sorpresa: una cesta de platino con doble asa, engastada con diamantes talla rosa, repleta de anémonas de cuarzo blanco talladas.
Cada flor tiene tallo y estambres de alambre dorado y el centro cuenta con un granate demantoide. Mientras, las hojas, delicadamente talladas en nefrita, emergen de un lecho de musgo dorado.
Esta pieza es una de las mejor documentadas de todos los Huevos de Pascua Imperiales. Después de la Revolución de 1917, fue transferido de San Petersburgo a la Armería del Kremlin en Moscú junto con muchas otras posesiones de la familia imperial.
En la década de 1920, el recién establecido gobierno soviético comenzó a vender tesoros artísticos del Hermitage y otras colecciones nacionales, incluyendo pertenencias personales de los Romanov.
En una desesperada necesidad de dinero, el régimen vendió muchos Huevos de Pascua Imperiales a coleccionistas y comerciantes en Europa y Estados Unidos. A menudo por solo una fracción de su valor. Fue entonces cuando el Huevo de Invierno fue comprado por Wartski de Londres a finales de la década de 1920 o principios de la de 1930 por 450 libras.
Wartski vendió el Huevo en 1934 a Napier Sturt, tercer barón Alington, un coleccionista y terrateniente británico, por 1.500 libras. Posteriormente, ingresó en la colección de Sir Bernard Eckstein, destacado coleccionista de arte británico. Este a su vez lo vendió en una subasta en Londres en 1949, a Arthur Bryan Ledbrook por 1.700 libras esterlinas. El huevo desapareció en 1975 tras la muerte de Ledbrook, hasta que volvió a la venta en 1994.
La reputación mundial de Fabergé se debe, en gran parte, a la serie de cincuenta Huevos de Pascua Imperiales producidos por la Casa entre 1885 y 1916. Todavía existen cuarenta y tres huevos, la mayoría ahora albergados en los principales museos de todo el mundo. Solo siete, incluyendo este, permanecen en manos privadas.
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